La hermandad de Alianza Lima consiguió la hazaña en su visita a Cienciano en Cusco y regresa a Lima con tres puntos que le permiten seguir en la brega por el título nacional, que supondría conseguir un nuevo bicampeonato.
El equipo de 'Chicho', enfundado en su hábito, viene haciéndonos creer partido a partido que este equipo puede aspirar a más, y, sobre todo, nos hace tener una nueva esperanza, aquella que parecía haberse perdido tras pilas de evidencia pasada, y, ahora que la abrazamos, sabemos que sigue viva, tan viva como nosotros, y que es más blanquimorada que nunca.
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Alianza Lima ha derrotado a Cienciano en Cusco en octubre por segunda vez en su historia. Único precedente: 20 de octubre de 1977, 1-4 con goles de Jaime Duarte, Teófilo Cubillas y Freddy Ravello (x2) |
Cienciano vs. Alianza Lima - Alineaciones
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Alineación de Cienciano: 12. Patrick Zubczuk; 21. Erick Perleche, 7. Josué Estrada, 26. Hansell Riojas, 2. Alexis Cossío; 13. Carlos Beltrán, 10. Nicolás Rinaldi, 31. Ayrthon Quintana; 14. Facundo Curuchet, 11, Adrián Ugarriza, 20. Kevin Sandoval
Alineación de Alianza Lima: 1. Ángelo Campos; 30. Gino Peruzzi, 6. Pablo Míguez, 3. Yordi Vílchez, 13. Ricardo Lagos; 21. Josepmir Ballón (Capitán), 27. Oswaldo Valenzuela; 93. Arley Rodríguez, 17. Jairo Concha, 7. Pablo Lavandeira; 22. Aldair Rodríguez
Cuarteto arbitral: Augusto Menéndez, Alberth Alarcón, Fredy Coronado, Alberto Paz |
Análisis del Cienciano vs. Alianza Lima: Milagros inesperados
Andaba preparando la cobertura del compromiso buscando algún dato que soltar sobre Alianza Lima y sus enfrentamientos de visita en Cusco en los últimos años (ante la falta de alegrías fuera de Lima este año, claro está). Recurrí al subterfugio de
la "visita" en VES para escapar de una verdad implacable:
hacía 11 años que no les ganábamos en su casa.
"Seño, ¿qué tal? Una, por favor, con las cremas de siempre."
[...]
- Uy, gol de Chiquitín. Qué golazo, ah. Y tú que creías que nos íbamos a echar.
- ¿Golazo? El de Pretell. Es año par, recuerda. Este es nuestro. No nos lo saca nadie.
[...]
"En qué hora se me viene a antojar una salchipapa..."
La situación de mi amada blanquimorada era tal que no podía no estar pendiente de otros encuentros. Yo sé que a aquellos que predican la palabra con el Manual del Hincha en la mano –ya sabe, esos que quieren decirle cómo vivir su aliancismo– esto les resulta impío, un sacrilegio, algo inadmisible desde cualquier punto de vista, digno de destierro, veto eterno del estadio y de cualquier barrio de La Victoria. Y de esos hemos visto varios en redes sociales los últimos días. En fin. Lo cierto es que la Navidad del 'Chucho' Chávez no será tan pomposa, y que llegamos a Cusco apremiados por los resultados.
Volví a casa, prendí la tele y vi cómo Alianza parecía disputar el encuentro con una cautela muy sospechosa, pero con la astucia suficiente de someter al equipo local a un ritmo parsimonioso y falto de revolución. Para conseguirlo, cumplieron una correcta tarea Oswaldo Valenzuela (sí, hoy no fue el de las rojas fáciles), y Pablo Míguez, quien viene con la confianza a tope tras haber anotado en dos partidos seguidos. A eso había que sumarle la laboriosa presión que Lavandeira, Arley y Aldair buscaron ejercer en la línea delantera para que no pasaran por banda con tanta facilidad. Solo el primero pudo hacerlo con la constancia necesaria.
Si hubo un punto flaco en este planteamiento fue, para variar (aunque, sorprendentemente, no tanto como en otros choques), nuestro lateral izquierdo. El argentino Facundo Curuchet, extremo derecho del equipo local, fue el más destacado de la primera mitad (y de ellos en el partido): entró a beneplácito por aquel lado y fue constantemente hacia la posición del delantero central –movimiento que ya le
habíamos visto en el Apertura– y generó zozobra atrás, aunque sin la suficiente eficiencia para poder abrir el marcador.
Curuchet supera a Vílchez y remata desviado. Fuente: GOLPERU
Cienciano adelantó sus líneas para buscar aprovechar el abroquelamiento de los blanquimorados. Los aliancistas tomaron ventaja de una ocasión en la que podían generar un duelo individual en ataque e intentaron capitalizarla: Pablo Lavandeira recibió en mitad de cancha y, al ver que podía dejar a Aldair solo contra Riojas, mandó un pase en profundidad. El 22 aliancista no llegó a tiempo y Zubczuk cortó de cabeza el intento. Vale. No obstante, ahí no quedó la cosa.
Tras esta jugada, única clara de gol de Alianza Lima en todo el primer tiempo, Josepmir Ballón fue amonestado (minuto 43). El capitán le empezó a hablar al árbitro con la vehemencia que lo caracteriza, pero no podía sino pensar: «Ahorita lo expulsan». El 0-0 se consiguió mantener, asumí que esa era la tarea, y, como mencioné líneas arriba, no había corrido un riesgo —felizmente— lo suficientemente fuerte. Pero ¿qué pasa? ¿Por qué, si este planteamiento está funcionando, tengo una sensación más agria que dulce?
Terminó el primer tiempo y el eco irremediable de un sinnúmero de voces cargadas de angustia tras cada partido de Alianza Lima fuera de Lima este año volvía a sonar. Este humilde servidor subió a la azotea para mirar el cielo, carcomido por un temor irracional a bajar la mirada y encontrarse en el pasillo de espejos con la misma cara que puso tras cada uno de dichos encuentros. No quería que esas voces cobraran fuerza.
Sonó la alarma, era hora de bajar, pero la angustia seguía. Estamos planteando un partido correcto, casi inédito, pero no es suficiente. El empate no basta, ¿y si se nos termina quemando el pan en la puerta del horno? ¿Y si Curuchet concreta alguna? ¿Y si el nefasto historial se prolonga? Uno
más, por favor, no. Entiendo cuando el rival es claramente superior (Huancayo,
Melgar,
Alianza Atlético,
Binacional, póngale usted el nombre que desee), pero ¿revivir lo que pasó, por ejemplo, en
Cajamarca? Sería algo insoportable.
Empezó el segundo tiempo, y, a los dos minutos, Ayrthon Quintana recibe al borde del área y ensaya un remate cruzado que rebota en Yordi Vílchez —cruce oportuno: si no llegaba, era gol— y vence a Campos, pero choca en el palo izquierdo (Norte con Oriente). El peligro de la jugada pasó, pero no la congoja. ¿Qué es esto? ¿Se nos cae la estantería? ¿Acaso aquí se termina todo? Casi por inercia, volví a mirar hacia arriba.
Vílchez consigue evitar el 1-0. Fuente: GOLPERU
A los 7 minutos del complemento, ocurría un hecho casi milagroso, imprevisible desde todo punto de vista: Menéndez se inventó una tarjeta roja para el mismo Quintana tras disputar una pelota con Aldair Rodríguez, quien vendió la jugada con un relente sin precedentes (en Alianza, al menos). Casi nadie reclamó en Cienciano (su jefe de equipo había salido expulsado tres minutos antes), y ya sabe usted cómo es la nuez en esta tierra, tan suya como mía, ¿verdad?
Rodriguez (amarilla) y Quintana (roja) vieron una tarjeta por la misma jugada. Fuente: GOLPERU
Para compensar, amonestó a Aldair por esa misma acción, y ahí mismo le siguió Arley. El réferi comenzó a seguir las jugadas con una atención que no se le había visto hasta ese momento en el encuentro. Cienciano jugaba con 10, pero había retrocedido a Sandoval a una posición en la que se puso a jugar tan suelto de huesos que parecía que le habían hecho un favor. El único que presionaba la salida rival, como mencioné al inicio, era Pablo Lavandeira.
Momento bisagra. El cambio del 'Pirata' por Arley rindió sus frutos apenas tres minutos después: Angelo Campos cobra un saque de arco largo y buscó a Barcos, quien disputó la dividida solo con Riojas, completamente solos, con las líneas cusqueñas adelantadas. Ganó el duelo, remató de manera errada solo frente a Zubczuk, pero el rebote le quedó al goleador, quien vio subir a Jairo Concha con solo un cusqueño corriendo detrás de él, pero sin alcanzarlo. Era el primero del encuentro. A tener paciencia.
Todo parecía haber cambiado en Cusco. Los 3 500 hinchas ubicados en Sur (a quienes solo se les había escuchado cantando, para variar, «el que no salta, una gallina» en el primer tiempo) empezaron a hacerse sentir. El equipo rojo no esperaba que Alianza diera semejante golpe, y era notorio. Los íntimos de La Victoria mantuvieron el tesón de todo el partido y sabían que ese era el momento: había que asegurar los tres puntos. Y fue ahí que apareció el
siempre correcto Gino Peruzzi para trepar sobre el minuto 74 y replegarse hacia el medio, tal como lo haría un lateral volante clásico, jugar en pared con Pablo Lavandeira y entrar con toda confianza al área. Era el segundo y la tribuna sur (lleno de viajeros e hinchas locales) se quería caer.
Amonestaron a Valenzuela, pero no pasaba nada. El ingreso de Barcos había contagiado al equipo de tal manera que, aún sin jugar de delantero central (ya conoce usted al 'Pirata', se repliega en la segunda línea de volantes para colaborar con la construcción de juego, y dejó a Aldair y Lavandeira alternando en posición de 9), los cusqueños tuvieron que retroceder. Pero quien más verde la vio con el retroceso fue el arquero de los locales.
Los de la ciudad imperial intentaron, eso sí, conseguir el empate, pero no fue posible. No había nada que pudieran hacer que fuese suficiente para remontar un 0-2 como locales abajo en 10 minutos. Bueno, tal vez sí, pero su técnico no era una leyenda uruguaya. Los remates de los locales fueron bien contenidos por Campos. 'Chicho' hizo ingresar a Sebastien Pineau por Jairo Concha en tiempo de descuento. El ariete trujillano (que juega para la selección chilena) hizo su debut en el Equipo del Pueblo en un contexto inmejorable, si bien casi ni participó del cotejo.
Menéndez pitó el final del encuentro y el grito ganador que millones de aliancistas habíamos ahogado durante años salió, y con él un rayo de esperanza, que, aún tras su injusto encierro, le da color a esta recta final de campeonato.
La figura del partido | El mejor en Alianza Lima fue Pablo Lavandeira
Sí, Concha y Peruzzi metieron los goles. Sí, Barcos fue el cambio fundamental con el cambio de actitud necesario para conseguir la victoria. Me parece haberlo dejado claro en la crónica. No obstante, nada de esto hubiera sido posible sin Pablo Lavandeira. El 0-0 se sostuvo, en gran parte, porque el uruguayo estuvo presente en todo el campo de juego colaborando con sus compañeros, trabó cuando tenía que trabar (seis duelos terrestres, cinco ganados) y, encima, se anotó con una asistencia.
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Impensable plantear un partido en Alianza Lima sin que este señor sea titular. Diligente e infatigable. Foto: Berny Gutiérrez para El Blog Íntimo/foto referencial |
Próxima fecha
El siguiente duelo del Gallo Negro será contra Binacional, y, de no mediar ligaunadas, se jugará este jueves 20 de octubre a las 8 de la noche en el Alejandro Villanueva de La Victoria. Los puneños no solo vienen con cuatro partidos al hilo sin ganar, sino que, además, tampoco ganan en condición de visita desde el 2 de abril, cuando derrotaron a Sport Boys en el Callao por 1-3. Espero que lo conseguido esta noche en Cusco nos dé el envión anímico necesario para ir con todo por los tres puntos. Ese encuentro le toca a mi compañero de podcast, el favorito de la gente, el buen Antenor Incio.
El Blog Íntimo Podcast | Por fin a la altura
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¡ARRIBA, ALIANZA, EN LAS ALTURAS!
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