El Equipo del Pueblo llegaba al primer clásico de 2023 con varios condimentos situacionales: el primero de ellos, claro está, el haber conformado un plantel, en teoría, capaz de conseguir tanto el tricampeonato nacional como la anhelada "campaña decente" en Copa Libertadores; el segundo, lo de los derechos de TV, lucha jurídico-contractual muy bien acoplada a la rivalidad vigente más antigua del fútbol peruano donde, una vez más, los cremas optaron por pegarse al poder oficialista y los organismos que la respaldan, dejando a Alianza Lima liderando el bloque opositor; y finalmente, un par de antecedentes interesantes respecto a los últimos dos clásicos: Apertura 2022, con un aplastante 4 a 1 en el Monumental, y, por supuesto, el vuelto en Matute, cuando los 'merengues' ganaron 2 a 0, ya en el Clausura del mismo año. ¿Qué pasaría ahora? Bueno, ya lo sabemos: Alianza se llevó un nuevo clásico en el coloso de Ate. Hablemos, pues, de esta importante victoria aliancista que extiende una marcada paternidad.
Primer tiempo
Como ha sucedido en los últimos partidos jugados en el siempre frío coloso de Gremco, la 'U' salió con todo y dispuso de al menos dos ocasiones relativamente claras en los primeros minutos del cotejo. Sin embargo, su falta de efectividad de cara al arco mantuvo el marcador en cero. Alianza tardó unos diez minutos en acoplarse para hacerse sentir en el campo; es cierto, sin brillantez ni demasiada profundidad, pero poco a poco se fue estableciendo en campo rival. Aún así, llamó poderosamente la atención lo desconectados que estuvieron los extremos, Costa y Reyna, del medio, y el medio propiamente, donde Concha y Lavandeira no lograban dar un solo pase eficaz. Cierto es también que la 'U' se mostró voraz en la recuperación del balón, pese a sus limitaciones, y que al menos lograban ingeniárselas para romper de raíz cualquier intento de elaboración, excepto uno.
Y es que cuando el 9 de un equipo baja al medio a recibir una pelota, y cuenta con las cualidades necesarias para desmarcarse e iniciar un ataque, hay serias posibilidades de romper líneas. Sobre todo cuando se tienen compañeros capaces de entender sus intensiones, y ese fue el caso de Sabbag y Peruzzi, que se juntaron en una especie de pared larga que terminó con el colombiano en un mano a mano con Carvallo. Su definición fue sencillamente sublime, digna de los pergaminos y halagos que acompañaron su contratación. Todo esto a los 19 minutos. A partir de ese momento, se envalentonaron los cremas, buscando desesperadamente el empate. Y cuando digo "desesperadamente" hablo muy en serio. Fueron con todo, y si Alianza hubiera sido un equipo un poco más preciso y asesino, habría podido aprovechar ello para ampliar la cuenta. Sin embargo, como dije anteriormente, el medio campo, salvo Ballón, y los extremos brillaban por su ausencia. El primer tiempo terminó con Universitario encima, pero sin llegar a hacer daño real, salvo sendos remates de Polo y Valera que Saravia barajó bastante bien.
La República. |
Segundo tiempo
O también llamado "el despertar de Bryan Reyna". El extremo, que a inicios de año fue pretendido a la par por los dos equipos en cancha, demostró en un par de jugadas lo que es capaz de hacer (si así se lo propone): no habían pasado ni 5 minutos desde que reanudaron las acciones, y tras un pique corto que apeló a su poco usual (por estos lares) cambio de ritmo, el ex-Cantolao dejó por el piso al chileno Ureña, combinó con Sabbag, y este de un sutil pase de taco lo dejó solo frente a Carvallo, que achicó muy bien, he de decir. (Habría sido hermoso que Reyna le anote al club con el que se le asocia sentimentalmente, y ver una celebración acorde con su actual compromiso profesional, pero ya con esa acción quedó bastante claro que el chico es un activo futbolístico altamente explotable; ojalá Salas encuentre la fórmula correcta que lo lleve a la consolidación). Y como parte de la misma jugada, la pelota quedó en los pies de Lagos, quien sacó un centro decente después de algún tiempo. Costa se elevó y cabeceó cambiando la trayectoria del balón y metiéndolo el arco, pero en el salto golpeó a Cabanillas con la rodilla izquierda, por lo que el tanto fue anulado ante la desconcertación de los jugadores y del público presente.
Cinco minutos después, y tras una buena recuperación y combinación aliancistas, el propio 'Gabi' liquidaría el encuentro con un remate de media vuelta que me hizo recordar un poco al segundo gol de Jairo Concha el año pasado, en ese mismo arco. Golazo, y ahora sí, a festejar. Alianza había pegado dos veces, prácticamente en dos ataques. La palabra "jerarquía" llegó a la mente de todos. La 'U' no se rendiría. Con sus puntos flojos, algunos de ellos notoriamente afectados por la adversidad, siguió atacando como podía. Alianza decidió esperar atrás y tratar de aprovechar alguna contra, pero aquella desconexión del primer tiempo seguía vigente. Se intentó revertir esto con algunos cambios: Salieron progresivamente Reyna, Concha, Lavandeira y Sabbag; ingresaron Zanelatto, Andrade, Castillo y Barcos. Todos con el overol puesto. Sin embargo, el 'compadre' tendría su premio a la insistencia en el minuto 71 del encuentro, cuando por el sector izquierdo aliancista Polo encontró absolutamente solo a Urruti. ¿Dónde estaba Lagos? ¿Por qué tan lento García para cubrir esa zona? Son dos preguntas que nos hacemos y que Guillermo Salas, principalmente, debería hacerse. Otra pregunta que nos deberíamos hacer todos es qué quiso hacer Saravia. Entiendo que quería robar un poco de espacio por si Urruti sacaba el centro, pero evidentemente exageró. Fue gol de la 'U', y aunque era predecible que este sería un gran envión anímico para tentar el empate, lo cierto es que entre el desorden de sus ataques y la sobriedad de la defensa blanquiazul, las cosas no corrieron demasiado peligro de cambiar.
Eso sí, no podía acabar el primer partido de Carlos Zambrano en el fútbol peruano sin su sello de distinción: la tarjeta roja. ¿La víctima? Piero Quispe. La esperanza crema hizo muy poco para cambiar la historia, a decir verdad, pero a nivel individual realizó un par de movimientos que al parecer disgustaron al 'León'. Ya jugándose los descuentos, el ex-Boca lo barrió violenta y alevosamente en una acción que muchos consideran "necesaria". De ello ya hablaremos.
Poco después, Menéndez pitó el final. Alianza, sin hacer el partido brillante que todos seguimos esperando, se llevó un nuevo clásico: había ganado, OTRA VEZ, en el Monumental.
La figura fue:
Epensa. |
Creo que no quedan dudas. Pablo Sabbag hizo un concierto en el Monumental, dejándonos un memorable vallenato que extiende nuestra paternidad sobre Universitario.
Apreciaciones finales
El 'jeque' ya había anotado en la fecha pasada ante el Sport Boys, mostrándonos un poco de su buena disposición táctica y ubicación dentro del área, pero lo que hizo ante la 'U' fue muchísimo más complejo y demostrativo. Desde la manera cómo controló la pelota y levantó la cabeza para ubicar al mejor compañero posible, ya podemos decir que se trata de un delantero con juego, y no de un típico culminador de jugadas. ¿Comparable con Barcos? El argentino me sigue pareciendo más técnico, pero el colombiano, a su favor, tiene la juventud, el ímpetu y una potencia física importante que de seguro seguirá marcando distancias en el medio. No es Barcos, pero tampoco un negado al tocar el balón, al cubrirlo de los rivales, y mucho menos para definir. Estamos hablando de una contratación que pinta como una de las mejores de los últimos años. ¿Lo mejor de todo? Que pese a que compiten por el puesto se llevan de putísima madre.
Así es: después del clásico, Sabbag declaró a los medios que, desde que llegó, Barcos le dio todo el apoyo y consejos, y que por eso después del gol fue directamente a abrazar al 'Pirata'. El máximo goleador en Copas Sudamericanas, por su lado, respondió distendido a la curiosa pregunta sobre su actual estancia en el banco de suplentes: "Bueno, en ninguna parte de mi contrato dice que debo jugar siempre". Dejando más que sellado el tema. Todo hace concluir que tanto Barcos como Sabbag entienden que el fútbol es de momentos. Uno está cerca de los 40 abriles, y el otro está próximo a soplar 26 velas. Entienden además que jugar no es la única forma de aportar al equipo, y eso deja la tranquilidad de saber que, juegue quien juegue, ambos sumarán.
El clásico se ganó y eso siempre es bueno, pero qué ruido me hace lo mal que jugamos, sobre todo en el primer tiempo. ¿Qué está pasando con Concha, Lavandeira y el propio Costa, que pese a que anotó jugó un partido terrible? No son pocas las voces que piden un doble 6 y un solo creativo en lugar de dos interiores. Ojo que Castillo entró muy bien. ¿Sería tan flexible el 'Chicho' para cambiar un esquema que tan buenos resultados le dio? También está 'rifle' Andrade, que si bien hasta ahora no ha demostrado nada demasiado resaltable, tiene carteles que exigen como mínimo más minutos en la cancha. Todo es cuestión de que conozca a sus compañeros y para eso es importante que juegue más. Y de Lagos ya ni hablemos. El chico es impetuoso y usualmente aplicado, pero a nivel defensivo siempre ha sido débil. Y si a eso le sumamos que le está costando bastante enviar centros decentes, otrora una de sus fortalezas, no estaría mal que Salas eche un vistazo a posibles relevos.
Andina. |
¿Y el 'Káiser'? Ahora mismo en su cama con un pedazo del tobillo de Quispe metido en la funda de la almohada, viendo algún capítulo que se perdió de The last of us.
Fuera de jodas: no estoy de acuerdo con los que dicen que si no aprobamos la expulsión no sabemos nada de fútbol (en realidad, no estoy de acuerdo con nada que termine con esa débil generalización), pero tampoco creo que debamos condenarlo a partir de una especie de moralidad deportiva. Zambrano es un jugador que siempre se ha hecho sentir con un contacto físico, digamos, muy particular. Guste o no, es su forma de vivir el fútbol, y todos los clubes que lo han contratado, y de paso los DT's que lo convocaron a la selección, asumieron ese pasivo. Es verdad que con el tiempo se ha sabido controlar, pero aquel chiquillo casi anónimo que insultaba y puñeteaba por la espalda a Demichellis y Zanetti en algún Perú - Argentina de la segunda década de los dosmiles, como si tuviera, al igual que ellos, 500 partidos de alto calibre encima, sigue ahí, dentro, viviendo con toda su esencia en lo más profundo de su espíritu. El 'León' no podía irse del clásico sin dejar su firma, y eligió con meticulosidad a su víctima: nada menos que la esperanza de Universitario de exportar algo decente después del 'oreja' Flores. Y lo hizo sabiendo que iba a ser muy difícil que su expulsión perjudique al equipo, aun cuando faltaban algunos minutos para que el partido acabe. ¿Fue algo irresponsable? Ciertamente, sí, porque en esos minutos quizá llegaba el empate y ya estaríamos hablando de otra cosa, pero felizmente eso no ocurrió.
Pienso que Zambrano confió absolutamente en que el partido ya estaba liquidado, y, la verdad, es una sensación que tuve desde el gol de Costa. La 'U' tiene serios problemas para concretar jugadas y eso se vio desde el primer minuto, así que era muy difícil, casi imposible, que remonten un 2 a 0 en contra. El gol crema prácticamente se lo come Saravia, pero fuera de eso pocos sobresaltos hubo. ¿Le aconsejaría o pediría o me gustaría que lo vuelva a hacer? Claro que no. Ya lo hizo, ya está, "dejó su marca" tras haber jugado su primer partido en ligas peruanas, en un clásico y de visita. Y felizmente, banca tenemos (eso también pudo influir en su decisión), pero creo que, ad portas del fin de su carrera, Zambrano podría dejar algo más que golpes para la posteridad, pues qué duda cabe de su inmensa calidad como defensor.
Solo queda confiar en que, en lo sucesivo, tomará las decisiones correctas, es decir, las que realmente favorezcan a los intereses del club.
Próxima cita
Alianza Lima recibirá este sábado 25 a las 19:00 a la Universidad César Vallejo. Más allá de resultados (que por supuesto espero sean positivos para nuestras aspiraciones), espero ver una mejora general en el rendimiento del equipo. ¡Ahí estaremos!
¡ARRIBA ALIANZA!
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