El fichaje de Pablo Lavandeira fue sorpresivo, inesperado para muchos de nosotros. Me atrevería a decir que no veíamos algo así desde la llegada de Luis Ramírez en 2016, cuando llegó procedente de la USMP. Algunos lo vimos como muy positivo, otros se dejaron llevar por el pasaje que tuvo por el equipo crema (el de Ate o el de Cajamarca, elija usted) para resistirlo, y otros, si consideramos un espectro lineal donde las dos posturas anteriores son los extremos, estaban en el medio.
Lo cierto es que el uruguayo está en Alianza, y lo vimos ingresar bien en el último partido contra Mannucci en Matute. Todo hace indicar que mañana reemplazará a su colega Édgar Benítez, quien salió sentido en dicho partido, y arrancará de titular en Piura, y no podría estar más de acuerdo. «¿Por qué? Seguro eres de esos que aplaudió a esa gallina cuando estaba calentando en Matute, nunca en mi vida vi algo semejante, ¡tú no eres hincha!» Déjame contarte, grone, por qué creo su titularato contra Alianza Atletico de Sullana es un acierto de Bustos.
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Lavandeira gritando un gol de Alianza Lima en Matute. Y pensar que hace tres años lo hizo con la camiseta equivocada... Qué cosas tiene la vida, ¿no? FOTO: Club Alianza Lima |
Escribe: Roberto Del Carpio (@rdelcarpio)
Curva ascendente
Pablo Lavandeira ha venido mejorando en su rendimiento a lo largo de las temporadas. Cada vez tarda menos minutos en participar de los goles del equipo, y de eso da cuenta la gráfica que presentaremos al final de esta sección. Curiosamente, fue en Universitario de Deportes por donde tuvo un bache en esta curva: solo consiguió 1 gol (todos lo recordamos, ¿no?) y una asistencia en todo el 2019. Algo curioso, pues venía muy bien de Deportivo Municipal, y le fue bien luego de que los cabeceadores lo dejaran ir, tanto en en Audax Italiano como en Ayacucho FC. En el equipo chileno jugó 45 minutos por partido en promedio, y participó de 5 goles en 715 minutos; es decir, un gol o asistencia cada 143 minutos. En Ayacucho, su participación se incrementó a medida que aumentaban sus minutos de juego: participó de 16 goles (9 goles y 7 asistencias) en 1750 minutos; es decir, un gol o asistencia cada 110 minutos. Si consideramos que Ayacucho anotó 37 goles en total en la temporada, su aporte es mucho más que relevante: anotó 1 de cada 4 goles de su equipo, y asistió 1 de cada 4 goles de sus compañeros. Fue clave para que su equipo consiga la clasificación a la Sudamericana, y eso se debe no solo a su mayor madurez deportiva, sino también, y más importante, a que tuvo mayor cantidad de minutos jugados. Darle rodaje desde el inicio es un acierto.
Mayor cobertura de la banda izquierda
Lavandeira jugó e hizo jugar a Ayacucho. Es un jugador polifuncional y puede jugar tanto de volante central como de volante de avanzada, sea por los extremos o por el centro. No obstante la constante tendencia del DT de Ayacucho de ponerlo de mediapunta en un 4-2-3-1, el uruguayo se tiende a recostar por el sector izquierdo de la cancha, tanto para hacer el recorrido de cobertura (si el equipo juega con extremos) como para asociarse y generar triangulaciones. Cuando le tocó jugar 4-3-3 y 5-4-1, iba de extremo por izquierda y volante por izquierda respectivamente. Supo asociarse bien tanto con Robert Ardiles (el 10 de Ayacucho hace ya varios años) como con Leandro Sosa (hoy en Sporting Cristal), y consiguieron crear numerosas chances de gol juntos. Su cantidad de toques de balón de 3/4 de cancha hacia adelante, incluso cuando le ha tocado ser volante y no extremo, hablan mucho de la vocación ofensiva que tiene y de lo que nos puede aportar.
Al conocer la posición y tener mayor recorrido por banda izquierda, puede recorrer la segunda mitad de cancha con mucha mayor determinación que la versión 2021-2022 de Édgar Benítez, quien, como habíamos visto en La revancha del pueblo, no cumple las mismas funciones que alguna vez tuvo en el América de México y en la selección de Paraguay, sino que se desempeña como un interior que tira mucho más para la primera línea de volantes que para la línea de fondo, como podemos ver en el mapa de calor que tenemos debajo. En un equipo que juega 3-5-2 y se ha reconvertido a 4-2-3-1 cuando las circunstancias lo ameritaban, un interior con tinte más ofensivo puede servir contra Maximiliano Amondarain, quien, si bien tiene 12 despejes en las primeras dos fechas (6 por partido), no tiene ni un solo duelo terrestre ganado, y lo han dribleado dos veces en cada encuentro.
Mayor (y mejor) producción ofensiva
Lo mencionábamos en el primer párrafo de este análisis previo al encuentro con Alianza Atlético de Sullana: Lavandeira es un volante con mucha participación en los goles de su equipo. Ver que un volante anote el 25% de goles de su equipo, y asista el 25% de los goles restantes es una locura. Para hacernos una idea, los últimos volantes peruanos destacados del torneo local, Jairo Concha y Christofer Gonzáles, respectivamente, tuvieron los siguientes números: el 17 del Gallo anotó 4 de los 39 goles de Alianza Campeón 2021 (10,25%) y asistió 5 de los 35 restantes (14,28%); el volante celeste anotó 8 goles de los 57 de su equipo (14,03%) y asistió 7 de los 49 restantes (14,28%). Ambos han tenido un rendimiento superlativo en lo individual y en lo colectivo, lo cual les ha valido una justísima convocatoria a la selección nacional.
Sin ánimo de desmerecer lo hecho por sendos seleccionados nacionales en sus respectivos equipos locales, lo de Lavandeira en Ayacucho me parece inclusive más meritorio, pues ha incidido directamente en el devenir de su equipo en la tabla de posiciones y en su consecuente clasificación a la edición 2022 de la Copa Sudamericana. ¿Se imaginan lo que puede ser capaz de hacer en Alianza Lima?
De antemano
Para evitar malas interpretaciones, aclaro: lo mencionado de Lavandeira no se debe traducir en una de las críticas despiadadas que se le está haciendo a Édgar Benítez por su rendimiento en los últimos partidos. De ninguna manera me voy a sumar a los «lárgate, Pájaro ctm» o los incluso peores «ojalá te lesiones de por vida, cojo» y similares que se leen de pobrediablos que pululan por la vida escudándose detrás de una pantalla para desfogar la enorme frustración que tienen.
Lo escrito líneas arriba es un breve repaso de lo que viene haciendo Pablo Lavandeira como volante en tiempos recientes para sus equipos, el rendimiento que tuvo y lo que le puede aportar a Alianza Lima en la temporada. Y aquí solo hablamos de números, pues, si lo han visto jugar, si han seguido el torneo local y a varios equipos, sabrán qué jugadores juegan y hacen jugar. El 7 de Alianza es uno de ellos. Estoy seguro de que le irá bien en el encuentro contra Alianza Atlético y que seguirá en la curva ascendente que mencioné líneas arriba. Es decir, tiene grandes chances de anotar o asistir contra los piuranos. Veamos, pues, su desempeño.
¡Arriba, Alianza!
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