"Yo nunca fui a segunda"

Un año atrás, todas las naciones del planeta llamado Fútbol voltearon hacia Sudamérica, hacia la Argentina, para ver cómo River Plate, uno de los más grandes y populares equipos de América, perdía la categoría en la promoción jugada contra Belgrano de Córdoba. El empuje de su gente, el peso de su historia y tradición y; sobre todo, su orgullo como institución, fueron el impulso para que este importante y glorioso club guerree su retorno al Nacional A del fútbol argentino, el lugar al que pertenece... Pero hoy les contaremos otra historia, una que fácilmente podría ser la antítesis a la de este gigante de América.

Aunque... no estaría de más relatarles primero sobre otro equipo, uno que sí pertenece al entorno y la realidad del protagonista de este post, uno al que también le tocó sufrir esta desgracia del descenso.

LOS ÍNTIMOS Y SU DESVENTURA POR SEGUNDA

Esta historia se lleva a cabo en nuestro hermoso Perú. Eran los años treinta, épocas en las que la afición peruana sabía lo que era jugar un mundial (Uruguay 1930), llegar a instancias finales en los Juegos Olímpicos (Berlín 1936) y obtener un título internacional en fútbol (el Sudamericano de 1939).

Durante la primera mitad de esta década, en el torneo local de clubes, un equipo limeño de estirpe popular surgido en el distrito de La Victoria, llamado Alianza Lima, escribía páginas de gloria en su historia y en la del fútbol peruano. Desde los años veinte, en que se iniciaron los campeonatos de la Federación Peruana de Fútbol, este cuadro obtenía título tras título, pero no eran los sólo los trofeos los que engrandecían su leyenda, también estaba su tradición: A los hombres que defendían esta camiseta de colores azul y blanco, amantes de la jarana y el criollismo, que eran como hermanos y se protegían como si fueran familia, con un cariño y un espíritu de grupo como jamás se ha vuelto a ver en nuestro balompié, les llamaban "Los Íntimos".

En el año de 1934, Alianza Lima consolidó su nombradía obteniendo un tetracampeonato, pero el mérito no estuvo sólo en el galardón obtenido, sino en cómo se consiguió: Arrasando a los rivales con un juego pícaro, quimboso, bello, siempre preocupándose por brindarle un buen espectáculo a la afición que pagaba su entrada. Así, Alianza, capitaneado por el Maestro Alejandro Villanueva, indiscutiblemente se convirtió en el equipo más querido del país, en una representación para la gente del pueblo dentro de las canchas.

El equipo que alcanzó el ascenso de Alianza a Primera División.

Como todo en la vida, la alegría y el buen juego del Alianza de los años treinta no fueron eternos. Para 1938 el fútbol aliancista decayó notablemente, producto de la edad y los años de jarana en sus jugadores. Entonces, ocurrió lo peor: El torneo de ese año terminó con los íntimos en el penúltimo lugar, quedando Alianza relegado a la segunda división del fútbol peruano. En el local del club ubicado en la avenida Manco Cápac, en La Victoria, todos, desde Villanueva hasta el gran arquero Juan Valdivieso, se hicieron el juramento de devolver a la camiseta que tanto les dio a la Primera División, a donde pertenecía. A finales de la temporada de 1939, tras un año de duras batallas, Alianza logró el ascenso a Primera, pero aquí no sólo participaron los que se desempeñaban en la cancha: Cuentan las crónicas de la época que mientras la canchita del Potao reventaba de espectadores durante los partidos de Alianza, las tribunas del Estadio Nacional lucían vacías en las jornadas de Primera División. Los hinchas jamás abandonaron a su equipo. Con pundonor, hombría, y gracias también al apoyo de su pueblo, los íntimos regresaron a la máxima categoría para seguir escribiendo su historia, para seguir consiguiendo títulos y alegrías, también sabiendo levantarse de las caídas y las tragedias que puede traer el deporte más hermoso de todos, que es como la vida misma.

Ahora toca hablar del que recibe la dedicatoria de este artículo, un equipo al que el fútbol puso en la misma situación dificultosa, pero que no supo encararla como lo hacen los que sí pueden jactarse de tener honor.


LA CREMA QUE NO QUISO SER VOLTEADA

En el año de 1924 nació, de los círculos universitarios del Perú, una institución deportiva que, tras separarse de su lugar de origen, se llamó Universitario de Deportes. Inicialmente este equipo, que vestía un color crema entero, estaba conformado casi en su totalidad por estudiantes y atletas de diversas universidades, jóvenes pertenecientes a la alta sociedad. En 1928, su estatus de "equipo universitario" le valió el ascenso directo a la Primera División, cortesía de la ente dirigencial de entonces. Debutando en competencias oficiales, hacia el final del torneo enfrentó por primera vez a Alianza Lima en un partido que dio inicio a la rivalidad más encarnizada del fútbol peruano. El antagonismo de ambos equipos sacó chispas desde el primer encuentro por razones que fueron incluso más allá de lo futbolístico. Fue a través de esta rivalidad contra el más grande y popular de entonces, que Universitario forjó inicialmente su nombre.

Para 1947, año en el que se centra esta historia (casi diez años después del descenso de Los Íntimos), Alianza Lima era el equipo más campeón del fútbol peruano con ocho torneos, Universitario se encontraba en la segunda posición con cuatro, y muy de cerca lo seguían Deportivo Municipal y Sport Boys del Callao con tres títulos cada uno. Como vemos, la 'U' estaba recién construyendo su historia, y aún no tenía el renombre y arraigo que hoy posee; sin embargo, cabe señalar que el equipo merengue ya tenía una base importante de hinchas en el país. Esos hinchas también se encontraban dentro del joven periodismo deportivo peruano...

La campaña crema de aquel año fue para el olvido. La primera rueda terminó con la 'U' en el último puesto y ya habían voces que alertaban sobre una posible pérdida de categoría. El torneo continuó desarrollándose sin que los cremas levantaran cabeza, finalmente la liga terminó con Universitario como COLERO empatando en puntaje con el Sporting Tabaco. Las bases indicaban que estos equipos debían jugar un partido extra en el que el perdedor descendería a la Segunda División. El campeonato concluyó el 27 de octubre, pero ni la F.P.F. ni la A.N.A. (Asociación no Amateur) procedieron a programar el partido de definición -que hoy en día, a lo máximo, se juega a la semana siguiente-. Pasaron los días, las semanas, más de un mes y nada. La Federación había convocado a José Arana Cruz para iniciar los entrenamientos de la selección, justamente en octubre, para jugar el Campeonato Sudamericano de Guayaquil que debía iniciarse el 7 de diciembre. Dos días antes del debut de la selección -cuando toda la prensa y la afición peruana estaba concentrada en lo que sería la participación internacional de la blanquirroja- los diarios publican la determinación de Comisión Nacional de Deportes, que anuncia misteriosamente que ese año no habría baja.

El Unión Callao, equipo ganador del ascenso de 1947, sería el noveno integrante de la Primera División Peruana, que tras esta medida de la Comisión estaría conformada por un número impar de clubes, obligando a que en la temporada de 1948 haya un equipo que descanse cada fecha. Era evidente, según comentario del diario“La Crónica” del 6 de diciembre de 1947, que había influido el que Universitario tenía entre sus socios a ex jugadores desempeñando altas funciones públicas (cualquier parecido con el caso Sport Ancash...).

Tabla de posiciones de la liga de 1947.

Ahora sabemos cómo fue que Universitario se salvó de jugar la segunda división tras haber quedado en el ÚLTIMO LUGAR del torneo. En el colmo del cinismo y la hipocresía, hoy en día la afición crema se jacta y se enorgullece de no haber descendido nunca, incluso agregando a la hora de escribir su historia que ellos "nunca tuvieron que pasar por las penosas categorías inferiores para llegar a Primera", refiriéndose a su inicio directo en torneos oficiales. Esto abre muchas interrogantes: ¿Por qué la 'U' temía tanto irse a Segunda? ¿Cuál hubiera sido la reacción de su gente tras el descenso? Aunque, se entiende el temor de los dirigentes cremas a la reacción de los hinchas, puesto que durante el desarrollo del torneo de 1947 se jugó un clásico que terminó 4-0 a favor de Alianza, pero pasaría a la historia no precisamente por el marcador: 

La tarde del 30 de agosto de ese año fue nefasta para los cremas. Les encajaron un gol apenas a los dos minutos (por medio de Carlos Gómez Sánchez). El mismo jugador volvió a anotarles, y cerraron la goleada Emilio Vargas y ‘Chupón’ Castillo. Para colmo de males, ‘Lolo’ Fernández erró un penal frente a Fuentes. El árbitro Miguel Benavides tuvo que suspender el partido a los 73’, cuatro minutos después de la expulsión del crema Juan Storino, porque los hinchas de Universitario no pudieron contener la ira e invadieron la cancha. De ahí surge otra pregunta ¿La gente de la 'U' hubiera respondido en la campaña de su equipo en segunda? Y otras más: ¿Cuánto tiempo hubieran demorado en ascender? ¿Habrían conseguido, por ejemplo, el título con el que se alzaron dos años después en 1949?

Pero esa no fue la única vez en la que se hizo un arreglo, rompiendo con las bases establecidas, para favorecer a la 'U'. Seguramente está fresco en la memoria de todos los hinchas peruanos cómo en la temporada 2011 nuevamente se cambiaron descaradamente ciertos reglamentos para no permitir que la 'U', "el equipo que no merece nunca irse a segunda por su raza superior", fue salvado del inminente descenso. Este reportaje del programa "Sin medias tintas" va dirigido a los desinformados o faltos de memoria a corto plazo.

Bueno, ya se dijo bastante. En este artículo hemos puesto sobre la mesa tres historias de diferentes clubes frente a la misma situación. Queda al nada ingenuo criterio del lector el determinar cuál o cuáles de estos tres equipos merece ser reconocido como digno(s): Los que encararon el descenso, o el que nunca descendió (sólo gracias las influencias y a la burocracia futbolística).

Fuentes: Dechalaca.com, Libro de Oro del Club Alianza Lima, Crónica Viva (crónicas de Roberto Salinas).