Expectativa ferviente del hincha blanquiazul se vivió el pasado sábado —noche quién este humilde servidor cumplió un año más de vida— en el debut oficial de Paolo Guerrero en el Alejandro Villanueva, colmado por más de 30.000 almas en el recinto victoriano.
Claro, eso lo hablo desde el plano emocional, por qué si nos trasladamos en la sintonía deportivo, el equipo ganó con lo justo al Carlos A. Manucci y sin dejar atisbos de buenas sensaciones en la segunda mitad, en gran parte por el replanteo equívoco de Soso que casi nos cuesta el resultado final. A fin de cuentas, el triunfo se vivió con un sinsabor por no plasmar la expectativa magna del hincha al campo de juego y de por supuesto, no haberle metido más goles al penúltimo de la tabla. La contundencia en el juego quedó al deber —y más por el parate de la Fecha FIFA—, pero seguíamos en el primer lugar a pesar de los triunfos respectivos de Cristal en Huancayo, de la U en Piura y Melgar en Arequipa.
Escribe: Adrián Tejada (@adrianfran_15)
El equipo no tuvo más tiempo de recuperación y tenía que trasladarse a la ciudad bella de Piura, para medirse ante su símil de Atlético Grau. No había lesionados ‘post’ triunfo ante Manucci ni tampoco apercibidos, lo que podíamos mostrar nuestro mejor once ante un conjunto norteño duro de roer en su localía y uno de los animadores del campeonato en este último lapso.
Y al comienzo me exprese de buena manera de Piura, pero lamentablemente no puedo decir lo mismo del Campeones del 36. Sin irme al antecedente más fresco que sucedió hace poco en el Alianza Atlético vs. Universitario —donde hinchas rompieron el portón de ingreso y se metieron a la fuerza—, en el Apertura ya jugamos en dicho recinto y nos dimos con la ingrata sorpresa de encontrarnos con un campo de juego impropio de primera división, camerinos sin agua ni luz y con medidas de seguridad que ponen en peligro al público presente y a los jugadores. En verdad, ¿este es el producto de liga que quieren que paguemos 50 soles mensuales? Patético.
Volviendo al lado deportivo, era obligación para Alianza sumar para mantenernos en el primer lugar, sin esperar resultados dependientes a otros, y dar ese golpe de autoridad en una plaza que ni la U ni Cristal pudieron vencer ante este mismo rival.
ALINEACIONES | Atlético Grau - Alianza Lima
Atlético Grau: Álvarez; Rodas, Ampuero, Tapia, Rostaing; Soto, Oncoy, Guarderas, De La Cruz; Bandiera y Figueroa.
Alianza Lima: Campos; Garcés, Zambrano, Noriega; Freytes, Rodríguez, Cabellos, Lagos, Huamán; Succar y Barcos.
Con todo el acto protocolar suscitado, el juez principal Joel Alarcón da comienzo al partido en el Campeones del 36, con una predisposición clara de Alianza de ser firmes atrás y ser contundentes adelante. Sin embargo, el inicio del equipo estuvo lejos de ser el esperado, ya que Campos tuvo que intervenir oportunamente en dos ocasiones en el arranque tras sendos remates de De La Cruz y Bandiera; Grau avisaba y Alianza, inmóvil.
Los desdobles de De La Cruz ante la marca apaciguada de Freytes por izquierda fueron un dolor de cabeza para Alianza Lima, que todavía no se acomodaba al terreno de juego ni descifraba los movimientos del mencionado De La Cruz.
Sin embargo, aquí sucede la primera polémica del partido. Nicolás Figueroa entra desmedidamente sobre Carlos Zambrano en una acción fuera de peligro. La entrada del atacante de Grau fue sancionada con una merecida tarjeta amarilla, pero eso no fue todo para Figueroa y Alarcón. En el mencionado remate de Rostaing, que tapa excelente Campos, proviene de otra plancha de Figueroa sobre Garcés que quedó impune. El reclamo justo de los jugadores aliancistas provocó las amarillas para Cabellos y Campos.
Y esa no sería la última de Figueroa que, siendo más irresponsable que malintencionado, aumentó la fuerza y le aplicó una plancha peligrosa a Freytes en la medianía del segundo tiempo. Por reiteración de faltas y por la gravedad con la que fue a la jugada, era la segunda amarilla y expulsión, pero que Alarcón, una vez más, le perdonó la vida al delantero 'albo'.
Volviendo al trámite, Alianza encontró cierto dominio posicional sobre Grau y encontró caminos para infligir en la defensa piurana, y una de esas fue un lateral-centro de Freytes que terminó en el área chica, en la cabeza de Cabellos que cabeceó a la mano de Álvarez en la primera aproximación de los victorianos a puerta.
A partir de la medianía del partido, ya vimos a un Alianza un poco más claro con la pelota, y en los pies de Rodríguez, fue donde encontramos profundidad por la zona de Huamán y Noriega. Y así fue como Cabellos, con previo pase de Huamán, remató a portería en el área grande 'alba' y que se terminó estrellando en el brazo de Ampuero, que no terminó en penal por estar pegada al cuerpo del defensor. El asedio aliancista ya era un hecho, ante un Grau que no mostraba la dinámica del comienzo; fue Noriega quién le lanzó un precioso balón a Freytes, que quedó rezagado en el córner anterior, por derecha y que el cordobés resolvió mal al intentar colocarle el remate a Álvarez, cuando la acción pedía un puntillazo certero.
Y así fue como acabó la primera parte en Sullana. Alianza había encontrado fijarse en el partido con las condiciones adversas que conllevaba, a pesar del mal rato que padeció al inicio. Otra vez, la última zona de cara al gol vuelve a ser un dolor de cabeza en este equipo que genera bien, pero su capacidad resolutiva seguía siendo deficiente. Succar seguía en ese papel de ganar la máxima cantidad de balones aéreos ante Tapia y Ampuero, mientras que a Barcos se le notaba muy distante del ritmo que exigía el partido. Los dos interiores, Catriel y Lagos, no aportaron en demasía, en especial si hablamos del segundo mencionado, que no dio una cuota 'tecnicismo' con la pelota, como había planteado e imaginado Soso. Por otro lado, los tres del fondo seguían siendo un bastión inquebrantable en este Alianza, con Noriega y Garcés destacando por encima del resto en sus arribos ofensivos como 'stoppers'.
Sin movimientos en ambas escuadras, el segundo tiempo ya estaba en marcha en el Campeones del 36. Con emociones exiguas, Alianza dio síntomas de cansancio, y eso fue una de las consecuencias del juego impreciso del equipo. Claro, no hilábamos jugadas en ataque, pero tampoco sufríamos atrás; el partido se volvió chato a más no poder
Eso sí, la historia del cotejo la podíamos cambiar justamente nosotros por nuestra banca. Así fue como Soso mueve sus piezas y hace ingresar a Neira y Sabbag por Lagos y Barcos respectivamente. El cambio del ‘Jeque’ por el ‘Pirata’ era entendible por lo aislado que se encontraba Barcos, pero lo de Neira por Lagos nunca lo llegué a comprender. Para empezar, el desgaste por el calor ya se notaba en Cabellos y ‘Bigote’, por lo que necesitaban a un mediocentro que les diera un respiro en la medular, y ese pulmón era Jesús Castillo. Sin mencionar que Neira, en este lapso, no ha rendido bajo ningún ámbito del juego en este 2024 con la blanquiazul.
El cambio no trajo efectos en la generación de fútbol en Alianza, con un Catriel Cabellos que se mostraba más errático con el pasar de los minutos y un Sebastián Rodríguez sin encontrar receptores claros con la pelota. Ante esto, vinieron los ingresos de Quevedo, D’Arrigo y Guerrero para los últimos 15 minutos, envalentonados en busca del triunfo —con más desorden e ímpetu que fútbol—.
Y llegamos al famoso minuto 87, un córner en corto ejecutado por el cuadro local, es lanzado al área grande que Campos atrapa sin problemas. ‘Mono’ juega rápido a Neira que la controla por izquierda, desborda y se mete en diagonal al área, preparando el ‘gatillazo’ pero decide el pase a Paolo que le queda incómoda y termina desperdiciando una ocasión manifiesta de gol.
Mientras no lamentábamos del gol errado, el VAR revisaba un posible penal en la acción anterior a favor de Grau. La transmisión mostraba un brazo extendido de Garcés sobre Bandiera, en son de cubrir el balón, mientras Campos interceptaba el balón, una acción natural propia del juego.
Incrédulos, absolutamente todos nos quedamos fue cuando Alarcón fue a revisar la jugada y dictaminó la pena máxima, con amonestación para Garcés. Y la historia ya la conocemos, Álvarez intercambió el penal por gol y puso el único tanto de la tarde para los piuranos.
Lo que vino después fueron, paradójicamente, los mejores minutos de Alianza en el cotejo. Con un Grau ‘colgado del arco’, Guerrero tuvo una posibilidad única de poner el empate al instante, con un remate a quemarropa cerca del pórtico ‘albo’ que Álvarez atajó instintivamente. Con un poco de ‘camiseta’, Freytes disparó cruzado en la media luna en que Álvarez, una vez más, le negaba el gol a la escuadra azul y blanca. Esta fue la última que tuvimos.
No sin antes, la polémica se iba a enervar por una última vez en el partido. Un balón largo iba en disputa entre Guerrero y Tapia, que el defensor de Grau sujetó y arrastró alevosamente al ‘9’ aliancista en el área. Era un penal muchísimo más cobrable que el de Garcés, y Alarcón, en palabras al propio a Guerrero, dijo que “los dos se venían jalando”. Increíble y nauseabundo hecho que redondea una actuación vomitiva de Alarcón y el VAR.
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