Semana patriótica en el Perú y convulsiva para Alianza Lima. Y sí, ya lo sé; en Alianza Lima últimamente ya no existen días tranquilos ni tampoco lo existen en la realidad de nuestro país, a puertas de un año más de nuestra independencia.
Bueno, pasando a lo que nos compete hoy, el delirio del hincha por la ausencia de refuerzos era notoria. La temporada de 'humo' y 'primicieros' arrancó y se hizo notar con que sí venía Peña, la trama Paolo Guerrero vs. Los Acuña, controversia ya tocada en la crónica triunfal ante UCV, el retorno de Quevedo, la llegada de Ibérico y un sinfín de rumores en un mercado de fichajes agitado para el club. Como sabrán, Alianza tenía la obligación, en medio de la incompetencia de Bruno Marioni, de reforzarse para el segundo semestre del año. La salida sustancial de Serna y la falta de gol alarmante que padecemos, era una realidad que debíamos aceptar y solucionar lo más temprano posible. Y, por ello, arribó Matías Succar y la confirmación del retorno de Kevin Quevedo, hoy convocado para este clásico clave.
Y no solo agitado en el ámbito deportivo, en la interna del club se tejieron cambios, partiendo por la salida de Diego Guerrero, abogado legal del club hasta ese entonces, que había estado a cargo de los casos que ganamos en el TAS. De esta manera, se suma a la salida de Nicolás Rey, gerente de comunicaciones y relaciones públicas. Dentro de lo desconocidas que han sido las razones de sus salidas, se dice (repito, se dice) que la salida de Guerrero es por la negativa del mismo en el incremento de intereses de la deuda del Fondo Blanquiazul al proceso concursal.
El silencio siempre será cómplice, en parte de los comunicadores y dirigentes que acallan ante esa situación que mantiene en vilo la institucionalidad del club.
Escribe: Adrian Tejada (@adrianfran_15)
Y suscribo esto último, ya que todo lo que vendría después sería un dominio sostenido del local, principalmente por la inocua presencia de Arregui en la medular; Concha y Pérez Guedes le ganaron con extrema facilidad al pivote aliancista, y estos dos provocarían el primer 'mano a mano' de la noche, de parte de Campos, que resolvió bien ante el remate de Pérez Guedes (9'), que encontró un espacio inconcebible en la zaga blanquiazul tras un pase en profundidad de Concha.
La predisposición táctica ya mencionada en Alianza era una causal de la hegemonía 'gallina' en el campo. Una línea de 4 incómoda al fondo con Zambrano y Garcés como 'backs', y Freytes y Huamán estacionados como laterales; Arregui, más errático que nunca en salida y poco firme en las divididas, siendo el 'ancla' fijo en la medular, acompañado por 'Bigote', defensivo como nunca lo vimos y sin contacto claro con la pelota, mientras que Cabellos estaba suelto en todo el mediocampo, con la tarea de tapar la salida 'crema' de Ureña, algo que cumplió cabalmente y fue de lo poco claro que tuvo Alianza Lima en la primera mitad. Zanelatto, de intermitente presentación, Waterman y Barcos eran víctimas de un sistema desengranado, completamente en solitario en ataque.
Alianza intentaba salir jugando desde atrás sin demasiado éxito, en todos sus intentos, inclusive, reventando el esférico ante un Arregui incapaz de seguir el rigor del partido y un 'Bigote' Rodríguez visiblemente desencajado con el planteo inicial del equipo. La U seguía presionando alto y apelando al juego aéreo de Valera y Corzo para infligir daño a la portería defendida a Campos. La presión alta antes comentada del local plasmó con el segundo 'mano a mano' atajado por Campos ante un versus con Flores, que el portero aliancista respondió bien y acrecentándose como el principal responsable del 0-0 parcial.
En este tramo de partido ocurre algo que nunca pensamos ver. Un choque de Cabanillas con Waterman tuvo consecuencias para el delantero aliancista, que aquejaba dolores en su brazo que le impedían continuar en el terreno de juego. Uno pensaría que sería sustituido en el momento, porque claro, estábamos jugando con un futbolista disminuido físicamente. Eso lo supondría cualquier persona con un mínimo de lógica… menos Restrepo, que dejó 15 minutos (!!!) a un Waterman casi interfecto que no podía friccionar y, ni mucho menos, ir a las divididas requeridas. Lo peor es que para defender los balones detenidos, Waterman estaba defendiendo… con un brazo infructuoso. Responsabilidad total de Restrepo y que es solo la 'guinda del pastel' a un planteo inicial horrendo, ante el sometimiento del rival.
Sin pormenores que decir, el juez Kevin Ortega pita el inicio de la segunda mitad con el mismo escenario en el cuál terminó el primer tiempo: un Universitario dominador territorialmente ante un Alianza Lima incapaz de salir de la presión alta.
Si bien es cierto que el dominio persistió de los locales, no lo fue tan punzante como al comienzo de esta crónica. Es más, la jugada más clara de ataque 'crema' fue un horror: una burda salida de Arregui —en su enésimo error de la noche— que, en su intención de devolvérsela a Campos, casi comete un autogol estúpido que Campos logró salvar y rechazar en un buen acto de reflejo. ¿Le quedó grande el clásico a Arregui? No, GIGANTE.
Alianza vuelve a mover sus fichas, y esta vez ingresaban Sabbag y Castillo en lugar de Barcos y Arregui respectivamente, uno con rendimiento más indiferente que otro, en sus razones aparte. Y a este punto hay que decirlo con todas sus letras: los cambios le funcionaron a Alianza. No solo Noriega logró ordenar a la línea de tres con su entrada, sino que Castillo le dio mayor rigurosidad al mediocampo aliancista que ya no era menos que el de las gallinas y Sabbag había logrado inquietar a la zaga local, tras un pelotazo al 'ollazo' que presionó a Di Benedetto en el área grande, logró pescar el balón suelto y casi anota en medio de una confusión entre el propio Di Benedetto y Britos. Era la segunda de Alianza en todo el cotejo.
En la subsiguiente jugada, Zanelatto se escurrió por izquierda y se fue hasta la raya de fondo, lanzó el centro hacia atrás, pero Ureña despejó al córner. En dicho córner vendría el gol blanquiazul. Centro venenoso de 'Bigote' (69') al primer palo con dirección al área chica que termina cerrándose y que Polo acaba anotando en propia puerta. Felicidad y silencio 'monumental' en el fugaz buen momento del visitante, que fueron suficientes para ponernos arriba en el score, aprovechando el desconcierto del local que no salió como en el primer tiempo. 0-1.
Para este punto, no quiero dejar pasar lo hecho por Cabellos. Que jugador con y sin pelota, clarito en los conceptos básicos de un futbolista de lo que debe hacer en el campo. Le doy un valor más allá del límite por qué no es fácil destacarse ante un planteo erróneo, sin posibilidad de ser protagonista en tres cuartos de campo como demandan sus características como mediocentro ofensivo. Se ganó conchudamente —en el buen sentido de la palabra— los fríjoles en la medular 'crema'. Justamente hablando de Catriel, el golpe de K.O. a las gallinas estuvo cerca de darse en sus pies. Una galopada de Zanelatto, en un contragolpe, encontró a Catriel (73') por derecha que recibió, entró al área y quebró la cintura de Di Benedetto para disparar a la portería de Britos que respondió bien al mandarla al córner. Era el momento de Alianza en el partido.
Tras ello, Universitario encontraba las respuestas en la banca. En un tiro libre rechazado por la defensa blanquiazul, le quedó el esférico a Portocarrero —marcado por una pasividad impropia por Zambrano— que centró y encontró la cabeza de Rivera (81') que anotó sin marca, sin que Campos no pudiera hacer nada. Horrores al por mayor en la defensa aliancista, donde, para empezar, Zambrano salió a marcar a Portocarrero demasiado por fuera de su posición y, para peor, con una blandeza insólita si hablamos de un defensa como él. Después, lo mal que sale Castillo del 'offside' es fatal, porque justamente él tenía sujetado a Rivera antes del 1-1 momentáneo. Prácticamente nos hicimos el empate nosotros mismos.
Alianza, visiblemente golpeado por el gol, da ingreso a Jiovany Ramos en lugar del tímido Marcos Huamán. El defensa panameño, en un intento de salida, lo hace mal y comete un faul tonto, que en dicho tiro libre vendría en el autogol de Zambrano (88') que se termina colando en la portería de Campos, que nada pudo hacer. La "polémica" —por decirlo así— surge en la intervención de Dulanto, defensa gallina, en la jugada del gol, en el cuál estaba adelantado e interfiere en la visión de Zambrano. El dilema del VAR y Ortega duró casi 8 minutos; este último fue a revisar la jugada y terminó validando el gol sin revisar todas las tomas posibles y por la presión mediática que tenía a sus espaldas; el fundamento reglamentario de convalidar dicho gol era irrisorio.
Lo que vino después fue el descontrol total: Noriega expulsado por un codazo a Costa que quiso esconder la pelota, Quevedo expresándole los mejores deseos a la madre de Costa, el público crema tan "ejemplar" provocando a diestra y siniestra al comando técnico aliancista y hechos que se venían a venir tras la decisión ilegal de Ortega. Agregaron 12 minutos de adición, de los cuales Ortega determinó, arbitrariamente, que no se jugara prácticamente nada de los descuentos: era el final del partido en el Monumental.
Con la cabeza ya en frío, este partido es una película repetida que plasma perfectamente lo que ha sido este año de Alianza Lima: frustración. Lo vimos ante Fluminense en 'Matute' y en el Maracaná, ante Colo Colo, Cristal y ahora último ante la U, un equipo afligido que se cae ante el escenario de sostener un resultado positivo. En resumen y en corto: un equipo sin carácter ni semblante para ser campeón.
Lo de hoy da para sacar conclusiones tajantes. Zambrano, con el aprecio que le guardo, puede ser sólido en esta clase de partidos, pero quieras o no, sale en la foto de todos los goles claves que le encajaron a Alianza. Ante Colo Colo, Fluminense y hoy, los 2 goles, ante la U, son un ejemplo vivo de lo que menciono.
Hubo un antes y un después en Arregui en el 'show' que armó, con su agente, para buscar su desligo de Alianza para irse a Millonarios. Un mediocentro que no gana ninguna pelota dividida, se muestra errante en salida y casi provoca un autogol burdo, no debe ser más puesto en la oncena inicial. Y esto también va para Restrepo, que cada partido asume su terquedad: "Arregui y 'Bigote' no pueden jugar juntos".
Y de Restrepo, en opinión personal, yo tomo partido que no debe continuar más al frente. No se cumplió ningún objetivo trazado a estas alturas del año, ni en el Torneo Apertura ni en la Copa Libertadores de América. El peso de ser incapaz de ganar un solo partido clave en el año y ese peso pesa, valga la redundancia, en el factor psicológico. Un equipo no puede vivir de las buenas intenciones en julio, nada más eso.
El jugador del partido es… |
La derrota no puede ocultar la performance de Catriel Cabellos en el ‘match’. Los atributos de Catriel los sabemos de sobra, pero el hecho sustancial de ser el ‘diferente’, el más claro con y sin la pelota a sus 19 años en un partido de esta envergadura, me hace creer que tenemos a una ‘joya’ en el equipo y que no lo sabemos pulir al máximo. Hasta inclusive resulta insultante creer que Cabellos, un jugador espléndido en todas sus líneas, comparta un mismo once con un Adrian Arregui completamente opuesto a lo que debe brindar. Muy bueno para Cabellos y la línea ascendente que ha tenido en este 2024.
PRÓXIMO PARTIDO | Alianza Lima vs. Unión Comercio
Sin tener muy en claro quién se colocará en el banquillo 'íntimo', Alianza Lima tendrá que afrontar lo que viene golpeado desde lo anímico, y el primer reto será este martes 30 ante Unión Comercio a las 7:30pm en 'Matute'. Por el escudo, por su historia y por la gente que aún cree en ustedes y en revertir este panorama: demuestren amor propio. Ganen, muchachos.
Como parte final de la crónica, hay sensaciones encontradas en mí. Esta fue mi primera vez cubriendo un clásico para El Blog Íntimo, con la responsabilidad que implicaba realizarlo. Gracias a Luis por confiarme en mí en esta oportunidad, que la disfruté —más allá del resultado final— y que aporta un montón en mi desarrollo profesional.
Sin nada más que decir —y hoy más que nunca—:
¡Arriba, Alianza toda la vida!
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