Gavalium 85mcg | Alianza Lima 1 - UTC 0

El Equipo del Pueblo cortó una (lamentablemente, nada extraña) racha de 4 derrotas consecutivas tras conseguir su segundo triunfo en el año, esta vez frente a UTC, quienes, a pesar de que plantearon un muy buen partido para aguantar a los Íntimos de La Victoria, se fueron de Matute con las manos vacías gracias a un batacazo de nuestro pirata. Si bien el gol de nuestro 9 fue ganador, este triunfo, más que dar seguridad, parece un golpe de suerte más que de jerarquía, y apenas sirvió para calmar la ansiedad generalizada de los aliancistas que seguimos el partido.

El equipo, si bien exhibe en el pecho de su camiseta una etiqueta dorada que debería imponer respeto, no es capaz de demostrarlo en sus resultados, y no muestra más que chispazos en lo colectivo; pareciera que a la Bustoneta, otrora sólida y funcional, le faltase mantenimiento. Tanto es así que, si nos quitaran el parche de campeón, pareceríamos cualquier equipo de media tabla para abajo, como muestra nuestra tristemente cruda actualidad.


El Pirata Barcos dio el zarpazo necesario para llevarnos el botín. Foto: Leonardo Rodríguez (El Comercio)


Escribe: Roberto Del Carpio (@rdelcarpio)

Alianza Lima vs. UTC - Alineaciones


Si bien Soccerway apunta un 4-3-3, lo cierto es que, como veremos más adelante (y como apuntó Chungus en la transmisión), fue un 4-1-3-2, pues Concha jugó detrás de los centrodelanteros como volante con llegada y formó una segunda línea de volantes con Lavandeira y Arley por banda para que el Zorrito salga de su puesto nominal de puntero izquierdo y se vuelva un segundo delantero.

Alineación de Alianza Lima: 1. Ángelo Campos; 16. Renato Rojas, 6. Pablo Míguez, 3. Yordi Vílchez, 13. Ricardo Lagos; 21. Josepmir Ballón (Capitán), 7. Pablo Lavandeira, 17. Jairo Concha, 93. Arley Rodríguez; 15. Wilmer Aguirre, 9. Hernán Barcos.

Alineación de UTC: 1. Salomón Libman (Capitán); 3. Christian Vásquez, 5. Werner Schuller, 22. Nicolás Ortiz, 27. Luis Trujillo; 15. Leonardo Mifflin, 28. Stefano Fernández, 17. Hideyoshi Arakaki, 10. Donald Millán, 8. Jhon Marchán; 13. Facundo Peraza.

Cuarteto arbitral: Hibert Villegas, Enrique Pinto, Pedro Espinoza, Micke Palomino.

Análisis del Alianza Lima vs. UTC | A tu palo, Gavilán

Por las calles limeñas pululaban numerosos –para variar– hinchas aliancistas sin rumbo fijo aparente. La incertidumbre de una nueva reprogramación del partido en Huancayo por el paro de transportistas no había sino aumentado el nerviosismo, y sus caras de angustia por saber si se le podría ganar al rival de turno parecían ser todas iguales. Y eso que UTC, equipo ordenado (típico cuadro de Navarro), venía casi en las mismas condiciones que Alianza Lima: quedándose corto en los partidos, sin conseguir cerrarlos pese a su planteamiento.

*Siguiente parada: Estación Estadio Nacional*
¿Alianza forma con 4? Paaasu, ¡por fin me leíste el huasáp, Bustoschea!
- Ya si con esto no gana, que se largue.
- ¿Hacía cuánto no jugaba con 4 atrás, ah?
- Ni idea...
R: Desde el 2-0 a Binaciovar. Hace poco menos de un año.
- Una biblia, grone. (sic) Ni me acordaba. Pensé que desde 2019...

El señor Hibert Villegas (mucho gusto) dio el pitazo inicial y arrancó el encuentro. En efecto, qué raro es ver a Alianza Lima formar con cuatro en la zaga. Bueno, si Bustos decidió probar suerte dejando de lado su tan resistido 3-5-2, por algo será. Sin Oslimg Mora, el DT decidió alinear con Tato Rojas para frenar las embestidas del exaliancista Luis Trujillo. Para mi sorpresa, casi toda la conducción del ataque aliancista derivaba en la banda de Tato, pues por allí se recostó el Pirata para colaborar con el juego.

Durante los primeros 45, Alianza Lima parecía tener una mejor propuesta que en cotejos anteriores: dominó posicionalmente el campo al punto de reducir a los cajamarquinos de negro a pararse en el último cuarto de terreno y desechar cualquier intento de ampliar la cancha. Cerca al minuto 8, y tras varios atisbos de ataque, Hernán Barcos encara por el borde del área derecha, hace el unodós y la pelota le queda a Concha, quien se demora un siglo para decidir qué hacer, y patea mal. La ansiedad empieza a aumentar.

La tribuna Sur partida por el cordón policial gracias a las peleas de los cabezahuecas de toda la vida. Ya vamos 9 años y no parece que haya cuándo acabar.

Luego, sobre el minuto 15, Hernán Barcos recibe un pase de Concha (como ya mencionamos, por derecha) y coloca un centro como con la mano para que Pablo Lavandeira haga lucirse a –para quien escribe, la figura del partido– Salomón Libman con un potente cabezazo. El cancerbero de los norteños desvió al tiro de esquina. El barullo que se escuchaba en el estadio, más que de aliento, era de angustia: la gente estaba ávida de un gol tempranero.

De hecho, lo tuvo, si bien no fue tan rápido: luego de haber ensayado sin mayor fortuna un cabezazo minutos antes (bien contenido por Yuyo), Pablo Míguez volvió a intentarlo, y conectó el primer buen centro de Richi Lagos en la temporada para anotar y desatar la locura en las tribunas del Alejandro Villanueva de La Victoria. El grito de desahogo fue tan estruendoso como efímero, puesto que Enrique Pinto cobró posición adelantada. He de decir que estuvo muy bien cobrada. Ver ese 0-0 en las pantallas del estadio preocupaba, y mucho.

Pero nunca tanto como lo que pasó luego de 7 aproximaciones al arco rival (todas sin peligro). El Pirata conduce por derecha y tira un centro que parecía estar bien controlado por Ortiz, pero que llegó a los pies de Wilmer Aguirre (quien estaba detrás esperando el error) tras un resbalón del defensor visitante. El Zorrito la controló larga, y permitió que Libman se ponga de muralla para cuando quiso rematar. No obstante, la pelota le quedó a Lavandeira para definir a placer, pero la mandó por encima del arco sur. El sonido de los azotes del desadaptado de siempre a la franja metálica en la que termina la tribuna Sur retumbó en todo el estadio.

Aguirre ensaya un remate. El Zorrito no pudo materializar sus chances de gol.

En los descuentos del primer tiempo, un contragolpe de la visita pudo haber abierto el marcador con desventaja blanquiazul de cara al descanso. El estadio enmudecido veía la zozobra que los de negro crearon en nuestro fondo tras el nulo marcaje en bandas (qué raro), pero sin conseguir la anotación: la mandamos al tiro de esquina. El árbitro pitó el final en el contraataque que nació de dicho córner, y el bullicio no se hizo esperar.

El segundo tiempo fue, básicamente, una amplificación del primero. Aproximaciones aliancistas por doquier, pero ninguna con el peligro suficiente. Bueno, salvo unas cuántas. Sobre el minuto 14 del complemento, en la última que tiene en cancha, Arley se infiltra en el área y remata, pero Libman se luce con una atajada similar a la que tuvo con Aguirre dos párrafos atrás. Bueno, con dos, pues la pelota le quedó a nuestro goleador argentino, pero se encontró con la misma resistencia. Fue otra jugada clarísima de gol desperdiciada, y la desesperación ya era notoria.



Momento bisagra. A Bustos le funcionaron los cambios hoy. No solo el de Leiton, sino también el de Benavente (para aprovechar sus movimientos verticales) por Concha, por ejemplo. El Chaval fue el soporte anímico necesario para que el Pirata, ya casi consumido por completo por la congoja de no conseguir anotar, levante cabeza y continúe alentando el juego activo en el equipo. Sobre el minuto 82, un planchazo al mismo Benavente generó un tiro libre con peligro. Con el recuerdo fresco de su golazo ante Mannucci, los aliancistas sacaron los celulares para capturar el momento en el que el remate del alcalaíno se iba apenas por encima del travesaño.

Como mencioné, el ingreso de Leiton había funcionado. No solo vimos mayor y mejor aprovechamiento de la banda izquierda, sino además, y sobre todo, buenos centros. Llegado el minuto 85, y con los espectadores atormentados por la falta de gol y hasta resignados al empate, el ecuatoriano recibió de Lagos (estabas jugando, compadre, qué sorpresa), alzó la cabeza y mandó un centro teledirigido al Pirata, aunque le quedó un poco baja. Pero nuestro delantero central tiene recursos, pues. Maniobró para dejarse caer en el momento justo para girar la cabeza e impactar suavemente el centro del 29 grone con dirección al palo izquierdo de Salomón.



Uno a cero en el minuto 85. Algo de razón tenía el aliancista que me crucé en el Metropolitano y que cité al inicio de esta crónica al llamar Bustoschea al DT: de los 7 goles que tenemos en el campeonato, 4 han sido en los últimos 15. Y es que sí, este gol fue definitivo. Les habíamos tirado la camiseta en la cara. Les habíamos quitado los tres puntos para quedárnoslos, y no los soltamos más.

El "Vamos, que ganamos" con el que el Chaval levantó al Pirata en su peor momento en el partido fue decisivo. Se lo cantó, y cómo lo gritaron...

Aquellos que se habían quedado dormidos volvieron, quienes habían visto el tanto se miraban entre sí y se abrazaban para comprobar que no estaban soñando despiertos. Quienes habían perdido la fe la recobraron, y quienes nunca dejamos de creer en el triunfo celebramos, miramos al cielo y agradecimos. ¿Qué importa si solo pasamos del puesto 15 al 13? ¿Qué importa que tengamos partido de Copa en tres días? ¿Qué importa que hayamos sufrido lo indecible para derrotar a UTC en nuestra casa? En este momento, nada. La ansiedad, aunque sea por un breve instante, estaba bajo control. Y el partido, al que le sobraron cinco minutos más descuentos, estaba ganado.

Cristian Benavente entró muy bien hoy. Acierto de Bustos.


La figura del partido | Hernán Barcos

Y no, no es solo porque rematara tantas veces al arco ni porque metiera tantos pases clave. Es todo en conjunto: la calidad del gesto técnico del gol, ese giro para meter el testazo ganador pegado al palo izquierdo de Libman (tanto es así que ni se tiró, la dejó pasar), sumado a las arengas a sus cada vez más anímicamente decaídos compañeros y la angustia y hambre de gol con los que vivió el partido, entre varios otros ítems de mérito, hacen del partido de Hernán Barcos uno superlativo.

Yo sé que es harto conocido el dicho futbolero "los jóvenes ganan partidos; los viejos, campeonatos", pero hoy no se dio: este triunfo en Matute es todo de nuestro experimentado corsario bellvillense, y, si bien no nos ha valido el Torneo Apertura (veo muy complicado luchar por conseguir tamaña epopeya), sí mitigó un poco la ansiedad y enrojeció las palmas de los aliancistas que llenaron el estadio. Indiscutible.

Gracias por lo de hoy, Pirata. Por la actitud, el empuje, el corazón, y, sobre todo, por el gol.
Foto: Leonardo Rodríguez (GEC)

Próxima fecha: Colo-Colo vs. Alianza Lima

El próximo partido del Gallo Negro será a mitad de semana: dentro de apenas tres días, mediremos fuerzas ante nuestro hermano chileno Colo-Colo a las 6:00 p. m. (hora peruana). El Cacique, luego de haber quedado al borde del descenso tras el funesto paso de Mario Salas por su dirección técnica en 2020 (hasta en eso somos hermanos), se ha vuelto una máquina bajo la conducción de Gustavo Quinteros, extécnico de las selecciones de Bolivia y Ecuador. Queda desearle lo mejor a la Bustoneta en su travesía por tierras mapuches, y esperar que consiga pasar la revisión técnica en el Monumental David Arellano de Santiago.

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¡Arriba, Alianza!




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