Alianza Lima 0 - UTC 2
Desde su reinicio, la Liga 1 no da respiro. Y no me refiero solo a la cantidad de partidos a la semana y sus inusuales horarios: el torneo atropella a los equipos que no tienen una idea de juego medianamente desarrollada o, en su defecto, protagonistas individuales capaces de sacar adelante esos partidos complicados donde nada parece salir bien. Y sí, Alianza adolece de ambas cosas. Si bien el equipo de Mario Salas ha mostrado una que otra cosa interesante en estos primeros cuatro partidos pos-cuarentena, no ha podido sostener un funcionamiento real y orgánico, cayendo en serias imprecisiones y, sobre todo, en una casi nula productividad de cara al arco rival. El pasado viernes, y luego de tres empates, la Universidad Técnica de Cajamarca superó a Alianza Lima por 2 goles a 0, mostrando un mejor juego, y con "ley del ex" incluida. Esta es la historia de lo que hasta el momento viene siendo un triste campeonato para el Equipo del Pueblo.
Escribe: Rubén Ravelo
Triste exhibición: Alianza no levanta cabeza y cayó como local ante UTC. |
Así alinearon/formaron:
Primer tiempo
La blanquiazul, como viene siendo usual, se preocupó por tener la posesión del balón y, en base a ello, tratar de generar peligro al rival, pero esto quedó a medias: solo hubo posesión. Una posesión improductiva, sosa y abrumadoramente tibia, sobre todo cuando veíamos la profundidad con la que atacaba el rival, que sin tantos toques ni tenencia, se mostraba mucho más peligroso. Si a esto le sumamos la imprecisión de los que, en teoría, son los responsables de generar fútbol (Cruzado, Ascues y Arroé), el resultado es sencillamente desastroso. Arriba, Patricio Rubio, abandonado y ansioso, poco podía hacer para inquietar a Libman. Y todo esto le hizo mucho bien a la propuesta de los cajamarquinos, dirigidos por Franco Navarro: poco antes de finalizar esta primera parte, y tras un corner que se le escapó a todos, Koichi Aparicio abrió el marcador. Celebración silenciosa, cómplice del club del que es hincha, aunque dejando escapar una sonrisa de satisfacción profesional. Ventaja justa, dolorosa para nosotros, pero justa, y al descanso.
Segundo tiempo
Salas se animó por Gonzalo Sánchez y Miguel Cornejo para iniciar la segunda mitad, sorprendiéndome con la salida de Cruzado y Mora. Luego de diez minutos en los que pasó muy poco, Alianza experimentó una leve mejoría, aferrada a que Ballón, Arroé y Ascues despertaron y se mostraron mucho más participativos y menos imprecisos, aunque aún muy lejos de sus mejores versiones. Un zurdazo de Aguilar estuvo cerca de encontrar el empate tras una buena -al fin- proyección de Gómez, que sigue siendo de los puntos más bajos del equipo, lo pongan donde lo pongan. Alguna incursión de Sánchez y Rubio sin mayor peligro, acabaron con esta etapa ilusoria de un Alianza que al fin se animaba a hacer juego, volviendo así a la futilidad inicial, plano conveniente para la visita, que supo, hay que decirlo, manejar bastante bien el partido. A pocos minutos del final, Carlos Beltrán, quizá guiado por su propia impotencia, comete una clarísima falta dentro del área 'grone'. El penal lo convirtió Mauro Guevgeozián, otro ex-aliancista, que incluso se dio el lujo de picarla, engañando así a Ítalo Espinoza. Los norteños cerraban así el partido y dejaban claro cuál de las fórmulas funciona mejor. Y esa siempre será, por obvio que parezca, la fórmula que te permita hacer más goles que tu rival. Así, triste, terminó esta historia en el Alberto Gallardo.
Blanco de críticas: 'Joa' Arroé es uno de los jugadores cuestionados del equipo. Y con justa razón. |
Apreciaciones finales
Como sugiere en un acertado tuit mi buen amigo Robson Barrientos, Alianza debe ser el equipo que peor juego ha mostrado en toda la Liga 1 tras su reanudación, y esto se plasma también en los resultados. Un escenario que, además de preocupar, me hace un singular guiño a diversas reflexiones: la primera de ellas es, cómo no, la administrativa: tras la renuncia de Pablo Bengoechea y la posterior para del torneo, Alianza dejó ir a varios jugadores (a otros incluso los despidió) y, más allá de que estas decisiones tengan o no bases sólidas (tema que hoy no debatiré), ¿se planificó correctamente el cubrimiento de esas plazas? Mario Salas y Patricio Rubio, entrenador y delantero, son los únicos reemplazos/refuerzos que llegaron al club. ¿Se pensó que sería suficiente? Los chicos de las divisiones menores están haciendo lo que pueden, pero solo Mora y Cornejo, y por chispazos, han mostrado estar a la altura de un primer equipo profesional. ¿De verdad se pensó que alcanzaría?
Lo segundo que llega a mi mente es lo que está haciendo, o intentando hacer, el 'comandante'. Coincido con quienes piensan que desde su primer partido con buzo aliancista se ha visto algo de su sello (y entiéndase esto como algo positivo), pero esto no logra, ni de lejos, equilibrar la balanza: en cuanto a funcionamiento, tácticas y automatismos, el equipo sigue en constante involución, cuando debería ser al revés. Y sí, ya sé que se ha encontrado con un plantel que, además de justo, hasta limitado se podría decir, no fue armado por él, o cuando menos contó con su participación en su conformación original. Solo el propio Rubio, con quien ya ha trabajado en el fútbol sureño, es su cuota en toda la plantilla, siendo todo lo demás la herencia de esa extraña amalgama de contrataciones de la gerencia deportiva, Pablo Bengoechea y el Fondo Blanquiazul. Pero es también menester de todo entrenador el adaptarse lo mejor posible a lo que se tiene. En cuatro partidos oficiales, lo de Salas ya me empieza a preocupar, pero esto no me hace perder de vista el que, creo yo, es el mayor problema, y lo que me lleva además a la última reflexión: ¿Qué carajo pasa con los jugadores?
Dejando de lado por un momento lo mal que vienen jugando Arroé, Ascues y Gómez, contra UTC fuimos testigos de que cuando empezaron a soltarse, a participar más del juego, a pedir más la pelota y buscar espacios, el equipo mejoró, aunque sin llegar a un gran nivel, considerablemente. Me gastaría en calificativos que describan mejor lo que siento en este momento, cuando recuerdo su ya habitual imprecisión y displicencia, pero prefiero cerrar la reflexión con este ruego que, creo yo, es parte también del clamor general, o al menos una forma válida de interpretarlo: muchachos, ¡LOS NECESITAMOS!
Próxima cita
Alianza Lima vuelve a la Copa Libertadores este miércoles 16 de setiembre (17:15) ante Estudiantes de Mérida, en Venezuela. Si hay algún hincha blanquiazul que piense que este será un partido fácil, por favor que dé un paso al costado (por no decir otra cosa). No estamos para mirar por encima del hombro a nadie. En lo que sí estoy de acuerdo, y bien lo decía Luis Ciudad en El Podcast Íntimo, es en que este podría ser un "partido bisagra": ganarle a Estudiantes podría implicar ese envión anímico que tan necesario resulta con todo tan cuesta arriba. Vamos.
Hoy y siempre, ¡Arriba Alianza!
Fotos: El Amague Perú, Diario El Comercio.
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