Miguel Rostaing, El Quemado, jugador polifuncional que destacó en varias posiciones, destacando más en la de delantero. Este jugador llegó a Alianza en 1919 y fue testigo privilegiado de la popularización del equipo. A continuación, unos datos de él y posteriormente su testimonio, importante para entender el contexto, el arraigo de Alianza durante esos años.
Nombre: Miguel José Rostaing La Torre
Nacimiento: 03-07-1900. Falleció a los 83 años en 1983.
Posición: Delantero
Temporadas en Alianza Lima: 1919-1924, 1926-1929 y 1931-1935 (87 partidos, 23 goles)
Títulos: Siete (1919, 27, 28, 31, 32, 33 y 34)
“ALIANZA SIEMPRE FUE UN EQUIPO DEL PUEBLO, DE LOS NEGROS”
"Yo nací en Lima en 1900 y toda mi vida me cuidé por el fútbol. Por eso jugué tantos años, hasta 1936. Mi padre nos dejó cuando yo tenía dos años y mi hermano Juan estaba en el vientre de mi madre. Ella se levantaba a las cinco de la mañana, se iba a trabajar y volvía de noche. Cuando mi mamá se iba a trabajar nos dejaba solos. Una vez me quemé la cara. Yo tenía dos años y mi hermano mayor estaba calentando la comida, derramó mucho combustible en la hornilla, prendió un fósforo y me cayó el combustible. De ahí es que me dicen El Quemado.
Empecé a trabajar a los nueve años en construcción, como peón, luego me hice albañil. Pero también jugaba al fútbol, hora tras hora, hasta que se ponía oscuro. Cuando una de las medias de mi madre se malograba, se la robábamos para hacer una pelota con trapos. Las hacíamos buenas, hasta revotaban. Jugábamos en campos abiertos, los arcos los hacíamos con estacas clavadas en el barro y algunas veces con piedras. Mi primer equipo se llamaba Huáscar. Lo formamos en 1914 con unos amigos. Yo jugaba en cualquier posición, era como un hombre orquesta. Después de todo, la pelota es redonda en cualquier lugar. Empecé a jugar en Alianza en 1919. Alianza tenía algunos auspiciadores, ellos te hablaban a ver si querías unirte al equipo. Era un equipo famoso, tenía su hinchada, cualquiera de sus jugadores se hacía popular. Cuando me uní, había gente mayor en el equipo y teníamos que renovarnos. Primero jalamos a José María Lavalle, luego, a jugadores de otros equipos: Alberto Montellanos del Gálvez, Filomeno García del Peruano, Quintana del Progreso. Villanueva y Soria jugaban en el Teniente Ruiz, pero preferían ir a Alianza porque era un equipo famoso, mejor que cualquier otro. Y los convencimos. Los conocíamos a todos ellos, muchachos de la calle. Así se formó el moderno Alianza.
Alianza siempre fue un equipo del pueblo, de los negros. Sus jugadores eran gente trabajadora. La mayoría trabajaba en construcción, sólo uno que otro tenía otro tipo de trabajo. Cuando llegábamos, a veces nos decían, ahí vienen los albañiles, y a veces, ahí vienen los negros. La mayoría de nuestros hinchas eran de La Victoria, de Abajo el Puente, de Malambo. Yo creo que jugaba porque la gente me aplaudía. ¡Ah, los hinchas te querían! Mientras estabas jugando, los hinchas gritaban nuestros nombres y nosotros dribleábamos a los otros. Ahí empezaban los olés. Había un montón de olés cuando hacías una buena jugada, un gol. De ahí es de donde viene el olé de Alianza. Cuando Alianza marcaba uno, dos, tres goles, entonces nuestros hinchas comenzaban a gritar “Titán, titán, olé, olé” Eso salió de Alianza.
En el fútbol siempre me enorgullecí de ser un jugador pícaro. Pícaro es ser astuto, y eso como jugador significa no dejarte patear por nadie. Saltando aquí, saltando allá, a veces debes devolver un poco para que el otro te tenga miedo, también. Para enfrentar la vida tienes que ser así. Porque la vida es como un partido de fútbol. Tienes que ser rápido para que no te golpeen."
-Tomado de una entrevista realizada por el historiador Steve Stein.
Fuentes: Libro de Oro del Club Alianza Lima
Testimonio de Miguel Rostaing
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abril 04, 2012
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