Alianza Lima 1 - Universitario 0
Y así gana Alianza, siempre con sufrimiento, haciéndonos contener el aliento, dándonos uno que otro susto, pero siempre con esa sensación de que algo bueno sucederá, de que esa fe incontenible y esas ilusiones traspasadas de generación en generación, darán sus frutos en cualquier momento. Y nos harán, finalmente, embriagarnos en felicidad y jolgorio. Hoy se demostró una vez más que las hinchadas también juegan, que las familias también juegan, que los jugadores son humanos siempre y que las emociones también hacen goles. Alianza ganó en un partido emotivo, donde la 'U', también con limitaciones, problemas y excusas para cualquier mal resultado, salió a luchar obedeciendo a sus viejos pregones. Pero esta vez, el corazón pesó más que la garra.
Emoción, dominio, control y vértigo
Alianza dominó el partido desde el inicio. La 'U' despertaba por momentos, pero no le alcanzaba para causarnos mayores problemas. La defensa blanquiazul estuvo sólida, al igual que la volante de primera línea. Mientras que, arriba, los volantes creativos, con Quinteros como conductor y Fernández como referencia de área, manejaban el encuentro con tranquilidad. El mérito de Alianza fue poder pasar esa superioridad territorial a los fríos números, aunque no fue nada fría la elaboración y posterior celebración del gol.
Un guerrero llamado José Carlos
Es hoy por hoy uno de los referentes más apreciados, admirados y queridos por la hinchada. José Carlos Fernández volvió a demostrar porqué se está ganando la idolatría del pueblo blanquiazul. Lucharlas todas y tener la capacidad para hacernos gritar un gol, no tiene precio y se convertirá siempre en la mejor carta de presentación. Transcurría el minuto 31 del primer tiempo, un gran pase largo de Meneses, un buen pivoteo de Carmona, y un señor zapatazo de Fernández, la fórmula perfecta para hacer gritar a la mayor parte de un Estadio Nacional copado y entregado al partido. Era el 1 a 0 que a la postre sería el definitivo, pero habría mucho más.
Inexperiencia que cuesta
Ya en el segundo tiempo, minutos después de que Henry Quinteros casi nos haga gritar otro golazo, vendría el punto de quiebre del partido, algo que pudo haber cambiado el rumbo de la historia. Carlos Áscues fue expulsado por una alevosa falta contra Miguel Ximénez. La inexperiencia le costó caro al joven defensor, y también al resto del equipo, ya que Alianza se quedó con 10 hombres, faltando casi 25 minutos para el final. Además provocó un tiro libre que casi se convierte en gol. En adelante, la 'U' emparejaría el dominio de las acciones, aunque no tuvo la suficiente profundidad como para empatar el encuentro. Libman tuvo una y cumplió con una gran atajada. Y a eso habría que adicionar el penal no cobrado al propio "chino", Miguel Ximénez. Pero esto es fútbol y los errores arbitrales juegan en contra de todos y en cualquier momento. O sino echemos un vistazo a la Copa Libertadores que acabamos de terminar.
Reconciliación y reconstrucción
Una vez terminado el encuentro, los jugadores blanquiazules se acercaron a la popular svr, para festejar, junto a su hinchada, este triunfo que no sólo es ante la 'U', y esto hay que aclararlo. Ganar un clásico siempre es especial, pero el triunfo significó más que eso, al menos en esta ocasión. Los duros momentos del club victoriano, muchas frustraciones, y una eliminación internacional incluida, motivos suficientes como para festejar de esta manera. La fuerza de la hinchada fue importante, sí, y eso lo saben los jugadores, quienes también recibieron el total respaldo de sus familiares. La 'U', por su parte, llegaba con problemas de otro tipo, pero con problemas al fin y al cabo, así que es más que seguro que ellos hubieran festejado igual en caso de haber salido airosos del Nacional. No dramaticemos más, esto es fútbol y era claro que el ganador de este partido se llevaría mucho más que tres puntos.
Por eso insisto en la idea de que este debe ser un nuevo punto de partida, una reconciliación entre hinchada y club, una reafirmación de juramentos, de lealtad. Alianza ya no debe jugar con baja asistencia de público, los colores no están acostumbrados a eso. Alianza es fiesta, y no hay fiesta sin gente que la anime. Esa gente somos nosotros, los hinchas. ¿Maneras de apoyar?, hay muchas, ir al estadio es la más sublime de todas, abonar a una cuenta de ahorros ayuda, comprar una rifa también, pero nada más importante que ESTAR AHÍ, en toda la extensión de ese par de palabras. Está comenzando una nueva era para el club, seamos parte de ello.
De nosotros depende que esta fiesta dure todo el año y que se repita, además, año tras año.
¡ARRIBA ALIANZA!
Y así gana Alianza, siempre con sufrimiento, haciéndonos contener el aliento, dándonos uno que otro susto, pero siempre con esa sensación de que algo bueno sucederá, de que esa fe incontenible y esas ilusiones traspasadas de generación en generación, darán sus frutos en cualquier momento. Y nos harán, finalmente, embriagarnos en felicidad y jolgorio. Hoy se demostró una vez más que las hinchadas también juegan, que las familias también juegan, que los jugadores son humanos siempre y que las emociones también hacen goles. Alianza ganó en un partido emotivo, donde la 'U', también con limitaciones, problemas y excusas para cualquier mal resultado, salió a luchar obedeciendo a sus viejos pregones. Pero esta vez, el corazón pesó más que la garra.
Emoción, dominio, control y vértigo
Alianza dominó el partido desde el inicio. La 'U' despertaba por momentos, pero no le alcanzaba para causarnos mayores problemas. La defensa blanquiazul estuvo sólida, al igual que la volante de primera línea. Mientras que, arriba, los volantes creativos, con Quinteros como conductor y Fernández como referencia de área, manejaban el encuentro con tranquilidad. El mérito de Alianza fue poder pasar esa superioridad territorial a los fríos números, aunque no fue nada fría la elaboración y posterior celebración del gol.
Un guerrero llamado José Carlos
Es hoy por hoy uno de los referentes más apreciados, admirados y queridos por la hinchada. José Carlos Fernández volvió a demostrar porqué se está ganando la idolatría del pueblo blanquiazul. Lucharlas todas y tener la capacidad para hacernos gritar un gol, no tiene precio y se convertirá siempre en la mejor carta de presentación. Transcurría el minuto 31 del primer tiempo, un gran pase largo de Meneses, un buen pivoteo de Carmona, y un señor zapatazo de Fernández, la fórmula perfecta para hacer gritar a la mayor parte de un Estadio Nacional copado y entregado al partido. Era el 1 a 0 que a la postre sería el definitivo, pero habría mucho más.
Inexperiencia que cuesta
Ya en el segundo tiempo, minutos después de que Henry Quinteros casi nos haga gritar otro golazo, vendría el punto de quiebre del partido, algo que pudo haber cambiado el rumbo de la historia. Carlos Áscues fue expulsado por una alevosa falta contra Miguel Ximénez. La inexperiencia le costó caro al joven defensor, y también al resto del equipo, ya que Alianza se quedó con 10 hombres, faltando casi 25 minutos para el final. Además provocó un tiro libre que casi se convierte en gol. En adelante, la 'U' emparejaría el dominio de las acciones, aunque no tuvo la suficiente profundidad como para empatar el encuentro. Libman tuvo una y cumplió con una gran atajada. Y a eso habría que adicionar el penal no cobrado al propio "chino", Miguel Ximénez. Pero esto es fútbol y los errores arbitrales juegan en contra de todos y en cualquier momento. O sino echemos un vistazo a la Copa Libertadores que acabamos de terminar.
Reconciliación y reconstrucción
Una vez terminado el encuentro, los jugadores blanquiazules se acercaron a la popular svr, para festejar, junto a su hinchada, este triunfo que no sólo es ante la 'U', y esto hay que aclararlo. Ganar un clásico siempre es especial, pero el triunfo significó más que eso, al menos en esta ocasión. Los duros momentos del club victoriano, muchas frustraciones, y una eliminación internacional incluida, motivos suficientes como para festejar de esta manera. La fuerza de la hinchada fue importante, sí, y eso lo saben los jugadores, quienes también recibieron el total respaldo de sus familiares. La 'U', por su parte, llegaba con problemas de otro tipo, pero con problemas al fin y al cabo, así que es más que seguro que ellos hubieran festejado igual en caso de haber salido airosos del Nacional. No dramaticemos más, esto es fútbol y era claro que el ganador de este partido se llevaría mucho más que tres puntos.
Por eso insisto en la idea de que este debe ser un nuevo punto de partida, una reconciliación entre hinchada y club, una reafirmación de juramentos, de lealtad. Alianza ya no debe jugar con baja asistencia de público, los colores no están acostumbrados a eso. Alianza es fiesta, y no hay fiesta sin gente que la anime. Esa gente somos nosotros, los hinchas. ¿Maneras de apoyar?, hay muchas, ir al estadio es la más sublime de todas, abonar a una cuenta de ahorros ayuda, comprar una rifa también, pero nada más importante que ESTAR AHÍ, en toda la extensión de ese par de palabras. Está comenzando una nueva era para el club, seamos parte de ello.
De nosotros depende que esta fiesta dure todo el año y que se repita, además, año tras año.
¡ARRIBA ALIANZA!
El resumen en video:
Foto: Netjoven.pe
Video: ForemanHD
La dosis perfecta
Reviewed by Blog Íntimo
on
abril 15, 2012
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