Escribe: Rubén Ravelo
Lamento, estimado o estimada hincha que me lees, si estas palabras afectan tu emoción, bajan tu adrenalina, moderan tu hype o le quitan algo de sabor a la fiesta que desde ya vienes preparando, pero ya que no todo por aquí debe oler necesariamente a flores, es deber de este humilde redactor desnudar, a veces, algunas verdades dolorosas: mañana jugarán Alianza Lima y Universitario de Deportes, será el primer clásico del fútbol peruano en 2024, y si estás pensando que ganar este partido significaría una revancha respecto a lo sucedido en noviembre del año pasado, debo decirte que estás cometiendo un grave error.
📷: Ovación. |
En el fútbol, para que podamos llamar "revancha" a algo, ese algo debe tener la misma magnitud ―o por lo menos aproximársele― del hecho negativo que generó la sed de esa revancha. Por ejemplo, si Alianza Lima gana mañana, en el clásico del Apertura, los hinchas de Universitario podrían considerar el clásico del Clausura como una revancha, y funcionaría también a la inversa. Pero los clásicos de noviembre de 2023 fueron más que eso: fueron partidos que definieron al campeón. Partidos altamente decisivos e importantes.
La inobjetable victoria de la 'U' le significó varias cosas: primero, obtener un título de primera división después de nueve temporadas; segundo, ganarnos una nueva final por títulos absolutos, con la que suman ahora cuatro en el histórico ―nos superan ahora por dos―, y de paso, finalmente, evitó el primer tricampeonato aliancista de la era profesional, y en un momento ciertamente auspicioso a todo nivel para el club blanquiazul. Podríamos sumarle cosas folclóricas, como el hecho de haber dado la vuelta en nuestro estadio por segunda vez en su historia, o que para intentar evitarlo se haya decidido, en un acto que he criticado hasta el cansancio, apagar las luces que alumbraban el campo de juego, entre otros condimentos. Pero creo que ya quedó claro que, pase lo que pase mañana en el Estadio Nacional, Alianza Lima tendrá que seguir esperando por esa revancha ante la 'U'.
La buena noticia es que, tal vez, no tenga que esperar mucho para la oportunidad.
A juzgar por estas primeras fechas de la Liga 1, es muy probable que Alianza Lima y Universitario lleguen con vida a las instancias finales del campeonato. Me atrevo a decir que solo Sporting Cristal está debidamente armado para tentar quitar a los 'compadres' del camino y alzarse como campeón. Veremos si despierta Melgar, si se consolida Vallejo ―con Paolo Guerrero en el ataque―, o si hay algún cuadro sorpresa ―como los suele haber― que cambie, aunque sea un poco, el rumbo del torneo.
Bien podría, entonces, haber una nueva final Alianza - 'U' para definir al campeón de 2024. Ahí podríamos hablar, pues, de revanchas. Pero hoy no. Hoy podemos hablar, sí, de que se viene un partido muy importante, pero más mirando hacia el futuro que hacia el pasado.
Es verdad, las heridas por la resolución del campeonato anterior todavía siguen abiertas, pero ganarle mañana a Universitario solo serviría, desde ese sentido retrospectivo, para empezar a limpiar esas heridas e iniciar su desinfección. Ahora, si lo vemos desde una óptica prospectiva, este partido cobra una importancia mucho mayor: tanto blanquiazules como cremas han iniciado la Liga 1 2024 ganando en las dos primeras fechas. Considerando que el Apertura será un torneo ―más o menos― corto, es importantísimo ganarle a los llamados "rivales directos" para poder consolidarnos en las primeras posiciones.
Hay, también, un sentido motivacional particular: casi todo el plantel aliancista 2024 es nuevo, y ganar un clásico siempre da un plus extra de satisfacción. El trabajo que viene realizando Alianza de la mano de Alejandro Restrepo me parece, hasta ahora, destacable. Si a ello le sumamos el optimismo de haber derrotado a uno de los candidatos a ganar el título nacional este año, y que además es el clásico rival, ¿no pintaría todo aún mejor?
Entretanto, en la vereda del frente ―aunque nos quieran vender por redes que andan felices y saltando en un pie― sigue habiendo muchas dudas respecto al armado del plantel del centenario, sobre todo en puestos de ataque ―no es casualidad que se haya intentado, felizmente en vano, reducirle la sanción a Alex Valera―. Si ellos pierden este clásico, es probable que esas dudas se agudicen y empiecen a traducirse en una insatisfacción general. Es necesario incidir en que se trata de una temporada muy especial para la parcialidad crema y que, pase lo que pase este año, no hay duda de que esperaban otra cosa a estas alturas. Empezando por, al menos, haber podido mantener al técnico que ahora dirige la selección mayor.
📷: Archivo Club Alianza Lima. |
Otra situación que podría tener sabor a revancha para Alianza Lima es campeonar este año. Sí, tan simple como eso. Independientemente de si la 'U' llegue o no a instancias finales, sería un estupendo registro ―folclórico― que Alianza haya sido el club campeón en el año del centenario de su máximo rival. Más aún considerando que tanto el Equipo del Pueblo como el Melgar arequipeño fueron capaces, cada uno en su año respectivo, de celebrar su centenario alzando un título de primera división. El golpe para Universitario de no salir campeón a sus 100 años de fundación sería muy fuerte, tomando en cuenta las expectativas que ello ha generado. Imagínense si, además de eso, les toque ver a Alianza festejando por una nueva coronación.
Pero, volviendo al clásico de mañana, no, pase lo que pase, mañana no habrá revancha. No obstante, mañana Alianza Lima podría empezar a lavarse la cara y sentar las bases para próximos logros. La victoria, si la hubiera, será muy festejada. Después de todo, no se puede llegar a instancias finales sin ganar los partidos por los puntos. Pero si algo debió enseñarnos esa última gran caída, es que la moderación y la humildad, por supuesto de la mano del trabajo, de la disciplina y de la inteligencia, no son cualidades de adorno. De hecho, podrían estas virtudes convertirse en un trampolín para obtener, más pronto que tarde, una verdadera revancha.
Mientras tanto, el objetivo aliancista para 2024 debe seguir siendo el mismo que el de cualquier otro año: campeonar, ser los mejores. Lo demás, si el fútbol y la vida así lo deciden, vendrá solo.
¡ARRIBA ALIANZA!
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