A 20 años del título de Alianza Lima en su centenario: el equipo que estuvo a la altura de su historia

 Escribe: Roberto Barreto F.

Alianza Lima campeón en su centenario. Se cumplen dos décadas del título más importante de la historia del club blanquiazul. Recuerda con esta crónica cómo sintieron el partido los héroes íntimos de esa jornada. Testimonio exclusivos de Waldir Sáenz, José Soto, Henry Quinteros y Gustavo Roverano.

Foto: Grupo El Comercio

Identidad blanquiazul, unión y fortaleza mental para ir contra la adversidad. Tras poder conversar con Waldir Sáenz, José Soto, Henry Quinteros, Gustavo Roverano e hinchas íntimos, me doy cuenta de que esos factores fueron determinantes para que Alianza Lima consiguiera su corona 20 (en 2001) en Cusco y a casi 3.500 msnm, en el año de su centenario.

Los cuatro futbolistas hacen énfasis en que ese grupo estaba unido y que solo se cumple 100 años una vez, por lo que, a pesar de la altura, la cancha, el estadio pintado de rojo, no podían fallarle al pueblo. Y no lo hicieron, no nos fallaron, sino más bien nos regalaron un recuerdo imborrable y nos entregaron el título más importante de nuestra historia.

A continuación, presento sus testimonios en exclusiva para El Blog Íntimo, los cuales los he distribuido de tal forma de que recordemos de manera cronológica aquel glorioso 26 de diciembre del 2001, además de su antesala y desenlace. Y, también, comprendamos cómo se gestó esa nueva corona.


El plantel que Alianza conformó en el año 2001 no pudo mantenerse completo por todo el año. Foto: Libro de Oro del Club Alianza Lima.


Alianza Lima le debía sueldo a sus jugadores

Tras el exitoso Torneo Apertura 2001 en el que se invirtió en demasía en la contratación de estrellas, el club se endeudó con los jugadores a tal punto de que se le debía el salario cada cierto tiempo, y lo peor, había una deuda de por lo menos tres meses a puertas de la segunda final a disputarse el 26 de diciembre

La incomodidad de los jugadores era conocida, pero antes de la Navidad volvió la tranquilidad para el plantel. Vale mencionar que a pesar de esa molestia justificada, el equipo, que tenía sed de victoria, no se distrajo.

Así lo demuestran las palabras de Roverano:

“En el fútbol más allá de lo económico, estaba el tema de la gloria y de quedar en la historia; eso muchas veces es más importante”, apunta el querido uruguayo.

“En el 2001 nos debían sueldo (dos o tres meses), y nosotros íbamos para adelante; cuando tienes una cabeza que sabe lo que quiere y los demás quieren quedar en la historia, esos son los resultados”, añade, por su parte, el ‘Pato’ Quinteros.


Poster publicado por Líbero del equipo campeón.


A su turno, el capitán José Soto nos dio más detalles de lo conversado con la dirigencia; explica que sí hubo preocupación por la familia, pero que todo se pudo solucionar a tiempo.

Nos dijeron que nos iban a pagar el 24 de diciembre, ya que ellos pensaron que la final iba a ser antes del 24, y para suerte de nuestra familia, porque nosotros vivimos de esto, la final fue el 26 y nos tuvieron que pagar. Pero hubo mucho diálogo con los directivos, ya que la situación que en ese momento vivía Alianza era muy complicada, mas al final nos terminaron cumpliendo”.

Más tranquilos, viajaron a Cusco el mismo 26 de diciembre por la mañana para medirse ante un Cienciano que necesitaba ganar por dos goles de diferencia y que en su ciudad era un vendaval.

Waldir Sáenz, el que mejor concentraba

Al ser consultado sobre la concentración previo al cotejo decisivo, José Soto resaltó que vio a un Waldir Sáenz decidido a buscar el oro. La serenidad de Sáenz es de aplaudir porque la mayoría de hinchas aliancistas estábamos muy nerviosos por una posible goleada de Cienciano y también (quizá) algunos jugadores aliancistas lo estaban.

A Waldir yo lo vi con mucha seguridad; yo siempre le he dicho que nunca lo había visto correr tanto en la altura como en ese partido porque se ‘fajó’ arriba de manera impresionante. Hubo un momento en el que se quedó solo luego de la salida de Roberto Farfán. (…) En ese momento estaba para nosotros”, narró Soto.

Le comenté a Waldir sobre lo dicho por Soto y destacó que estaba tranquilo por el compañerismo que había en el equipo; de eso, ampliaremos más adelante:

“Sucede que yo en las concentraciones siempre trataba de estar tranquilo; estoy metido en el partido, pero siempre con la tranquilidad de que con el grupo que estaba las cosas iban a salir bien. Se trabajó en esas semanas sabiendo que eran dos partidos difíciles, pero si hacíamos lo que habíamos venido haciendo (en temas de) compañerismo, apoyar el compañero, dar todo, las cosas iban a ser más fácil”, aseveró Waldir.

Al final, la cabeza fría y el pecho caliente de nuestro ídolo contribuyó bastante para la obtención del título 20.

La presión de la hinchada de Cienciano, una barra que también quería campeonar en su centenario

Antes y durante el encuentro, la hinchada de Cienciano buscó hacer respetar su localía. El tema de conversación en plazas, mercados, bares, etc. en la previa era únicamente la final de vuelta, que ellos esperaban ganarla por goleada para desquitarse del mal sabor del compromiso de ida, en el que Alianza Lima logró remontar (marcaron Sáenz, Soto y Farfán).

Ya para el choque abarrotaron el viejo Garcilaso de la Vega (que permitía 15.000 personas aproximadamente) y los locales solo le dieron una de las tribunas populares al equipo limeño.

Desde la cola para las entradas se notaba un ambiente bien cargado. Los hinchas de Cienciano que estaban ahí se decían: ‘Nos han ganado un partido que tendríamos que haber ganado y que íbamos ganando, pero aquí en Cusco les goleamos no hay problema’. Y eso se escuchaba en la cola; adelante y atrás había gente entusiasmada; creo yo que había una animosidad de victoria un poco exagerada”, me contó Eduardo Salcedo, hincha cusqueño de Alianza Lima que vivió (para él) ese 26 de diciembre el día más feliz de su vida.

Era un escenario armado para el primer título nacional de Cienciano y se sentía mucho eso. Entonces, los cientos de hinchas de Alianza en sur y los dos o tres que estábamos en oriente nos sentíamos más visitantes que nunca. (…) La gente estaba sobrentusiasmada, creían que iban a golear, pero Alianza Lima jugó un partido espectacular”, adicionó el querido ‘Edu’, que estuvo junto a su padre y hermano en oriente, como ‘intruso’.

La presión no solo la sentían los hinchas, también los jugadores aliancistas que lograron manejar la situación adversa. De hecho, recordaban que, si bien había 15.000 hinchas de Cienciano, en todo el país los alentaba la mitad más dos (Sandro estaba ahí).

“Detrás del arco me acuerdo que había un puñado de hinchas de Alianza Lima, que era muy pequeño para lo que era el estadio y para lo que había de gente, y sí, evidentemente era como ir a jugar contra Independiente de Avellaneda porque todo el estadio era rojo y había pocos hinchas aliancistas. Pero nosotros sabíamos que teníamos a la gente. Sabemos lo que es Alianza, uno no lo dice de la boca para afuera; nosotros sabíamos que teníamos un país detrás de nosotros”, refirió nuestro guardameta de esos tiempos y ex director técnico.

Quinteros coincidió con Roverano. Es interesante para mí encontrar similitudes en declaraciones, ya que cada entrevista fue por separado. Eso demuestra que siempre hubo una homogeneidad de premisas, un punto fuerte que sirvió para conseguir esa nueva corona.

“Siempre se siente la presión allá; los cusqueños te la hacen sentir. Pero uno debe tener la personalidad y tranquilidad que es un partido de fútbol y debes estar preparado para eso. (…) Sí (nos sentíamos visita) porque vendieron pocas entradas para el Comando Sur que fueron pocos, porque siempre a cualquier sitio que me ha tocado jugar el Comando ha estado ahí”, ‘señaló, por su parte, el Pato’.

Alianza Lima: el único error que se cometió en Cusco

Con un sistema defensivo (Gustavo Roverano, Guillermo Salas, José Soto (c), Cristiano Grotto, Sergio Ubillús, Juan Carlos Bazalar, Walter Reyes, Roger Serrano, Luis Hernández, Waldir Sáenz y Roberto Farfán), Alianza Lima resistió la avalancha roja y parecía que era posible empatar en los 90 y dar la vuelta olímpica.


El partido de ida tenía a Cienciano como favorito, pero logró sacarse adelante. Foto: El Comercio


“En esa época jugar en altura era muchísimo más complicado porque los campos recién ahora están en mejor estado; la preparación física ha evolucionado y los clubes sienten ahora menos que lo que sentíamos nosotros al ir a la altura; y aparte era un Cienciano imbatible, que había ganado todos sus partidos en el año 2001 de local; (…) pero había un buen grupo, nos unimos entre todos, ya que sabíamos que solo faltaba ese partido y nada más”, declaró Roverano.

Pero los gritos aliancistas de euforia aún se harían esperar.

Ramón Rodríguez anotó el único tanto del duelo a los 81’ y empató la serie. Henry Quinteros, que había ingresado por Bazalar a los 67’ participó en la jugada que terminó en gol de Cienciano.  Me cuenta que Soto le ‘dijo su vida’ tras el error.

“La final de Cusco la recuerdo muy bien porque yo soy un poco el que pierde la pelota en el gol de ellos; yo, por querer hacer un pase por arriba, la pierdo en la mitad del campo, y ‘Pepe’ Soto viene y me sale gritando diciéndome de todo. Y ya luego viene la tanda de penales y debía tener la personalidad para asumir todo”, dijo Quinteros.

Le pregunté a Soto si recordaba que le dijo un “par de cositas” a Quinteros tras el gol y me corrigió:

“¡Un par de cositas no fueron! ¡Le dije de todo porque él pierde la pelota y solo faltaban siete minutos! Nosotros habíamos hecho un trabajo defensivo bastante bueno”, manifestó casi entre risas.

“Me cobré la revancha con el penal; me cobré esa amargura que tenía yo, pero siempre con cabeza fría”, sostuvo el ‘Pato’ que consiguió su redención.

Faltaban aún 30 minutos por jugar (los del suplementario), aunque todo podía terminar mucho antes porque se jugaba bajo la regla del gol de oro, así que quien marcaba en los tiempos extras campeonaba automáticamente. Los dos estaban, vale decir, con diez jugadores tras expulsiones de ‘Chicho’ Salas y Poszgay (en el suplementario nos expulsaron a Ubillús).

La confianza desmedida de Cienciano del Cusco

Gran sector de la prensa e hinchas del fútbol consideraban que solo era cuestión de trámite para que Cienciano le llenara la canasta a Alianza Lima. Y al menos algunos jugadores del elenco imperial sí tenían la plena confianza de lograrlo. El Bocón publicó previo al enfrentamiento de vuelta estas declaraciones que exhibían una animosidad de victoria exagerada como dijo líneas atrás Eduardo.

Martín García: “Confío en que daremos la vuelta olímpica en el Cusco porque allá a los negritos les paramos metiendo de a cuatro goles”.

Prado: “De Alianza no esperaba mucho porque hace tiempo que sus jugadores están de vacaciones y fuera de juego”.

Incluso, su entrenador, Carlos Daniel Jurado, le pidió al exárbitro FIFA Gilberto Hidalgo que los penales fueran en la tribuna en la que estaban los hinchas de Alianza Lima porque se sentía seguro de que su cuadro respondería con un triunfo.

Termina el partido y había que elegir el pórtico en el que se iban a patear los penales (Alianza había ganado el sorteo para definir si pateaba al inicio o después). La mejor área para los penales era la que daba para la hinchada de Cienciano y les aviso a los capitanes y entrenadores que la definición sería ahí. Se me acerca don Carlos Daniel Jurado que lo aprecio muchísimo y me dice que se patee en la otra área, porque quiere ganarle a Alianza Lima con su gente”, nos reveló Hidalgo.

Me dije ‘qué más da, vamos para otro lado’. Roverano ataja un penal, gol de Waldir,  y salen campeones, y cuando estoy regresando a los camerinos me encuentro con don Daniel y él me dice: ‘Prooofe, mejor le hubiera hecho caso a usted, era en la otra tribuna’. ‘Así es profesor, para la próxima será’, le dije”, culminó con su relato Hidalgo.

No voy a hablar de que fueron soberbios, porque esa palabra se viene proliferando demasiado últimamente a tal punto que su concepto está cambiando, pero sí es cierto que algunos pensaban que todo podía resolverse en Cusco.

La responsabilidad de ser ‘Pepe’ Soto

Bernabé Hérraez les dio la chance a los jugadores de ofrecerse a patear. El capitán ‘Pepe' Soto no dudó en ser el primero en hacerlo.

“El primer penal es el más difícil porque si lo haces, el equipo agarra confianza y nosotros empezamos pateando porque ganamos el sorteo”, nos afirmó Soto.

“‘Pepe’ siempre fue el primero para afrontar estas definiciones o situaciones. Siempre fue el primero”, destaca Quinteros.

No olvidemos, por cierto, que José Soto venía lesionado de la rodilla derecha tras una fuerte entrada de Cumapa en el partido de ida; pese a eso, Soto no podía faltar a la cita más importante de la historia de Alianza Lima.

“Yo no hice nada los demás días. Solamente entrené el 25 porque estaba con dolor (nosotros viajamos el 26), pero yo definitivamente no me iba a perder el partido; lo iba a jugar de todas maneras, con dolor o sin dolor. Al final jugué; el doctor me infiltró y pude jugarlo”.

Soto abrió el marcador en la tanda de penales. Como siempre infalible; era el turno de los demás.

La tarde inolvidable de Roverano

Tal como lo mencionan sus compañeros, si no fuera por Roverano, el partido, más allá de la entrega de todos, muy probablemente hubiera tenido otro desenlace, uno que culminara solo en el segundo tiempo y con un marcador abultado a favor de los locales.

“Si no hubiera sido por Roverano, sinceramente creo que hubiéramos perdido por una diferencia de tres porque hubo varios mano a mano que le saca a los uruguayos, increíble el ‘Viejo’”, recordó Quinteros.

“Hay una jugada en la que el colorado Zapata se va solo frente a Gustavo Roverano y falla el gol (en esa época había gol de oro) y yo me dije: ‘Acá soy campeón’ porque Zapata no se fallaba esas oportunidades y el ‘Viejo’ estuvo espectacular y me dije que algo bueno va a venir en los penales así que hay que aguantar un poquito”, mencionó Soto.


Una de las más importantes atajadas de nuestra historia.


Gustavo Roverano selló su heroica tarde tapándole un penal a su amigo Ernesto Zapata. Previo a eso, se le acercó a Roberto Holsen que acababa de fallar el suyo y le dijo que él se encargaría de resolver el inconveniente.

“Zapata pateó un penal en Matute en el 3 a 2 y cuando él lo pateó a ese lugar (izquierda del portero), yo me dije que, si hay definición, él lo va a patear a ese lado; por suerte lo atajé”, apuntó Roverano, quien dejó, luego, todo en manos del predestinado Waldir Sáenz.

Antes de llegar a ese momento sublime, les comparto esta pregunta que le hice a Waldir: ¿tú sugeriste a la dirigencia de Alianza que llegara Roverano, verdad?:

“Ya había un acuerdo para que yo vaya a Alianza Lima el 2001 y tú sabes que ‘Kanko’ es muy amigo mío; entonces en una reunión con él, me comenta que en Alianza Atlético hay un arquero que se apellidaba Roverano y antes de decirme de su calidad, me dijo que era una buena persona. Cuando uno habla de que otro es buena persona, entonces también significa que es buen profesional. (…) Y se los comenté a algunos dirigentes en ese momento; ellos hicieron sus averiguaciones y él llegó a Alianza y ahora es uno de los arqueros que se ha metido en la historia de Alianza Lima”, contestó. 

Gracias, Waldir; gracias, ‘Kanko’.

Waldir Sáenz, el elegido

En sus pies estaba el gol más importante de nuestra historia. El diez que nos llevó a conseguir un título después de 18 temporadas ahora podía regalarnos la corona 20 en nuestro centenario. Waldir se acercaba a Maurinho sereno; estaba igual (tal vez) como en la concentración de Alianza Lima que contaba ‘Pepe’ Soto: tranquilo.

“En el trayecto (le cambié el palo a Maurinho Mendoza) porque yo pensé lo mismo que ‘Pepe’: meterle fierro y al medio; pero cuando yo estoy yendo a la pelota, veo que Maurinho se está tirando para su lado derecho y ahí le cambio la trayectoria”, explica.

Waldir patea y medio Perú más uno celebra el campeonato y está listo para dar la vuelta olímpica.

“Medio Perú más dos”, me reprende Waldir. Empieza a correr al igual que los demás chicos y busca a la barra y a sus seres queridos en la tribuna:

 “Al partido fue mi papá (qepd), uno de mis mejores amigos y la que es mi esposa ahora; y yo ya sabía dónde estaban y, por eso (en el video se ve), que me voy a esa esquina. Hasta ahora no sé quién se llevó mi polo; ya son 20 años, así que voy a hacer un hashtag para saber quién se llevó ese polo”, bromeó.

Gilberto Hidalgo me detalló que Waldir hizo el gol de penal y lo gritó de tal manera que se pudo haber escuchado hasta Lima, porque lo hizo de una manera muy especial.

Y Quinteros dijo algo indiscutible, pero que siempre es necesario leerlo: “Waldir estaba tocado. Él era el de los momentos importantes; todo esto se dio para que el quinto penal Waldir lo defina y seamos campeones”.

Sandro Baylón Capcha, presente

Waldir Sáenz siempre tuvo a un amigo diciéndole en la cabeza que no se rindiera, porque la gloria estaba cerca.

Cuando le comenté que en el elenco aliancista 2001 solo faltaba Sandrito, señaló que no era así:

“No, no faltó porque siempre estuvo con nosotros. (…) Físicamente nos faltó, pero sentimos que lo tuvimos en el momento más difícil que fueron los últimos 30 minutos en Cusco en el que teníamos jugadores menos y pudimos darle alegría a la gente aliancista”, refirió.


El polo con la imagen de Sandro acompañó a Waldir en las dos finales.


Tras ello, le recordé que él había manifestado en una carta dirigida al hincha, publicada en el diario El Bocón (gracias a Juan Ríos por el dato), que soñó con Baylón.

“Días antes soñé con Sandro Baylón; ahí nos daba la tranquilidad y la fortaleza para enfrentar estos dos partidos. Y la coincidencia fue que yo salgo a calentar en el partido de ida y veo a un amigo en la tribuna con un polo de Sandro. Todo se dio. Ese día tuve la suerte de meter el primer gol y con ese triunfo ir con tranquilidad aunque iba a ser difícil en Cusco. (…) (Pero) nosotros nos fortalecimos desde el primer partido y nos encomendamos a los que no estaban con nosotros tanto Sandro como (los fallecidos del Fokker) e hinchas”, refirió nuestro goleador histórico.

Como dice la canción de Laura Vinces, Baylón “nació campeón” (1997), y otra vez campeonaba junto con Waldir y compañía.

La felicidad de medio país (más dos)

“En el momento que salimos campeones yo no podía respirar por las emociones que tenía, no era porque estuviera agitado (estábamos quietos por los penales); se me vino un ahogo por todo lo que viví y sentí, por lo que estuve esperando por llegar a un club grande y coronarme campeón en un lugar complicado”, narra Roverano, que fue abrazado por sus colegas Marco Flores y George Forsyth tras el gol de Waldir.

Mientras tanto, nuestro amigo Eduardo vivía su gloria en oriente, al costado de hinchas de Cienciano que solo les tocó la resignación.

“Tras el gol de Waldir, me abracé muy fuerte con mi hermano, escena que pudimos reeditar hace unos días en el Estadio Nacional. Fue un desfogue de alegría y cuando nos soltamos ambos llorábamos, estábamos con las lágrimas copiosas en las mejillas. Y obviamente la sonrisa de oreja a oreja. Pero eso no fue todo, porque luego del gol de Waldir, mi papá, que estaba gradas más abajo, viene y me dice ‘campeones’, y ese solo hecho me rompió de nuevo. Creo que ese fue el momento que convirtió a ese día como el más importante de mi vida en lo que es fútbol”, nos cuenta emocionado.

De regreso a la cancha, Soto recordaba que acababa de cumplir un sueño postergado: ser campeón con el equipo de sus amores y de capitán.

“Fue un sueño cumplido. Yo nací en Jesús María. Me crie en Matute (al frente de la tribuna sur) y tenía el sueño de jugar por Alianza Lima, y lo cumplí. Mi otro sueño era salir campeón y lo logré a los 31 años, en el año del centenario, en el año más importante del club. Fue un privilegio ser parte de ese equipo, ser parte del centenario”.

En Lima los esperaba una celebración interminable. Una gratitud que hasta la fecha todo hincha grone de bien mantiene en su interior.


Un día de gloria para el pueblo.


Podemos ser héroes

Tal como escribí al inicio, los cimientos de la corona 20 fueron la identidad blanquiazul, unión y fortaleza mental para ir contra la adversidad.

Si queremos seguir celebrando más copas y seguir siendo héroes, los jugadores del equipo e hinchas deben estar plenamente identificados y estar unidos, tal como lo estuvieron los íntimos en 2001.

“Tuvimos a Roverano que se jugó un partido histórico. Tuvimos a Grotto que despejaba el balón sin ruborizarse. Al mismo Soto que jugó un gran compromiso. A Serrano (autor del tercer penal) que también marcó todo. Y, por último, al último ídolo mío de Alianza Lima (para mí) Waldir Sáenz que se puso el equipo al hombro todo el campeonato, pero en ese cotejo en particular se le notó su liderazgo, su don de mando, su empuje y la fuerza que le transmitía al equipo”, detalló el hincha Eduardo, que lo vi feliz este 2021 y bailando marinera en los exteriores de Matute tras la obtención de la corona 25.

Waldir Sáenz, por su lado, nos da más detalles sobre la unión que había en los jugadores del equipo porque querían ser parte de su historia.

“Nosotros jugamos con la cabeza y corazón calientes, sabiendo que para entrar a la historia debíamos que dar todo y así se dio. Lo bonito de ese grupo es que en ese momento todos pensábamos igual y eso nos llevó a lograr ese objetivo”.

Como capitán, Soto tiene que terminar esta crónica:

“Después del 3 a 2 (en la ida) mucha gente pensó que nos veníamos con las manos vacías, (…), pero al final hicimos un partido bastante inteligente en el que todos corrimos y teníamos bastante hambre de gloria. En la charla previa, les dije a los muchachos que teníamos que quedar en la historia del club; jugábamos la primera final entre equipos centenarios. Nosotros fuimos uno de los pioneros en campeonar en sus 100 años; quedamos en la historia de Alianza Lima porque si tú vas al club, está la foto de nosotros”.


¡Arriba, Alianza, toda la vida! 25 veces campeón

 

 

 

 

A 20 años del título de Alianza Lima en su centenario: el equipo que estuvo a la altura de su historia A 20 años del título de Alianza Lima en su centenario: el equipo que estuvo a la altura de su historia Reviewed by Blog Íntimo on diciembre 26, 2021 Rating: 5

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