El 17 del Gallo | Alianza Lima 1 - Melgar 0

Cuando parecía que el júbilo se congelaba, cuando parecíamos dormirnos sin sueño, juzgarnos sin tiempo y sentir desgano, cuando dejábamos caer los párpados y salvábamos un punto, cuando parecía que el Gallo Negro no tenía cómo pelear más, apareció el emblema del entrenador, el 17 del Gallo, para sacarnos de la inmovilidad al borde del camino, superar uno de los escollos más difíciles de nuestra expedición y darnos la victoria que nos asegura la punta de la Fase 2 y la clasificación a la Copa Libertadores de América 2022.

La figura del partido. Señoras y señores (gózalo, Frei), Jairo Concha.

Escribe: Roberto Del Carpio (@rdelcarpio)

El partido comenzó y, a excepción de una integrante de la delegación de Melgar, estaban todos muy tranquilos. Ambas propuestas eran ciertamente conservadoras, o al menos eso parecía durante los primeros minutos. La poca profundidad ofensiva del Equipo Del Pueblo puede deberse a que desde el minuto 7 teníamos dos jugadores de ataque que presentaban molestias musculares: Aldair Rodríguez y Édgar Benítez. Bustos estuvo muy atento hoy, no quería dejar nada al azar: estuvo dispuesto a realizar la variante de Aldair por Aguirre, pero al ver que Benítez también estaba medio sentido y que Rodríguez seguía jugando, aguantó el cambio. No obstante, llegó el minuto 34 y era inadmisible mantenerlos en el campo de juego.

Oswaldo Valenzuela fue tacleado por Bernardo Cuesta apenas dos minutos después de su ingreso; y Legario no solo no amonestó al argentino, sino que le sacó amarilla a Valenzuela por una falta exactamente igual cometida dos minutos después. Para Beingolea, de Cuesta no hubo nada, pero lo del veintisiete aliancista era roja. Tú no has cambiado, pelona.

En fin, Alianza no generó peligro en todo el primer tiempo a excepción de un remate desviado de Aguirre en el minuto 39; consecuentemente, se mencionaba más a Campos que a Cáceda en la transmisión. Tres desatenciones en el fondo pudieron habernos costado muy caro (como en la semifinal del 2018 en Matute) si nos hubiéramos enfrentado a un equipo siquiera al 10% del nivel de aquel que estuvieron vendiendo varios operadores periodistas del canal que tiene los derechos exclusivos de transmisión televisiva: avasallador, letal, efectivo, goleador, «casi todos sus remates son gol», Die Mannschaft characata.

Cierto es que los de Melgar buscaron estar a la altura, pues tuvieron otras dos chances de gol aparte de los tres desperdicios de la oración anterior. Legario pitó el final de la primera mitad cuando el rival iba a cobrar un tiro de esquina. El equipo me dejó muchas dudas en el entretiempo, pero tenía fe en la pronta apertura del marcador; jap tempranero, nocáut antes del minuto 50, claro que sí, vamos, esa es la fórmula.

Grande fue mi sorpresa (o, más bien, lamentación) cuando fuimos más bien nosotros quienes recibimos el primer golpe en la mandíbula. Bueno, en realidad se lo llevó el Chaca Arias con su aparatosa caída al gramado del Alberto Gallardo tras una falta durísima de Valenzuela, quien se hizo acreedor a una roja (por segunda amarilla) por esta infracción. «Qué falta más tetuda». Pero, no puede ser, pensé. La fecha, la condición de local, el juez central de la contienda, las camisetas, el Zorrito... Había un aire de presagio de victoria en la previa -al menos para el servidor que escribe estas líneas-, pero éste parecía irse desvaneciendo a medida que pasaban los minutos. Es más, parecía que el rival tenía de todo para adelantarse en el marcador y, consecuentemente, llevarse los tres puntos.

Antes de que me tilde de fatalista, quiero que salga del estado de júbilo en el que se encuentra en este momento y recuerde. Usted, que, como yo, estuvo frente a la pantalla del televisor y no sabía si eran más insoportables los presagios aciagos del "Fichaje del Año" de GolPeru o los desaforados «¡Vamos, Melgar!» de una señora que se desgañitaba en el sector rojinegro de la tribuna; usted, que estuvo en pindinga al costado de la radio, llevándose la impresión de que el encuentro era una sinfonía arequipeña, sin entender cómo era posible que los visitantes remataran al arco a diestra y siniestra mientras que del equipo de sus amores solo había oído un intento desviado de Aguirre; usted, que llegado el minuto 65 de partido no sabía cómo mantenerse ecuánime ante el letargo del cuadro blanquiazul, sintiendo que el gol de ellos era inminente, solo cuestión de minutos; usted, sí, usted no me dejará mentir: el equipo no daba ningún indicio de ser capaz de remontar el marcador si se daba la eventualidad de que fuesen efectivamente ellos quienes consiguieran la primera anotación.

Pero, como usted ya vio la película, ya sabe que esa sensación de zozobra ha quedado, a estas horas de la tarde, bastante atrás, pues apareció quien líneas arriba mencioné: el llamado a ser el distinto, el hilandero, el box-to-box, el diecisiete, la figura del partido, el recientemente amonestado, Jairo Concha, para pescar un rebote dejado por Orzán, levantar la cabeza y vencer la "resistencia" de Carlos Cáceda y así poner a celebrar a toda la nación aliancista.

El gancho suyo había sido una payasada, lo nuestro había sido un nocáut. Uno a cero en el minuto 66 de partido y una tranquilidad que me llevó a pensar una sola cosa: 

«Este partido lo ganamos.» Y ese pensamiento se mantuvo incluso después de que se anunciara su salida y la de Barcos por Axel Moyano (para sumar en bolsa, pues el reglamento y el tiempo apremian, junto a Montoya) y Jefferson Farfán respectivamente. Qué tanto debe haber querido la remontada Néstor Lorenzo que sacó a su engreído Mariano Vásquez, tan resistido por la hinchada de Melgar, por Kevin Quevedo, un exaliancista que ingresó a hacer de las suyas, a "jugarse su final", como popularmente se suele decir.

Pero no fue suficiente. Amonestaron a Iberico en el 77, ingresó Arley por Aguirre (cambio sanguinettista, para quienes se acuerden de aquella locura que hizo cuando sacó a su lateral derecho por Guevgeozian, el armenio metió gol y luego volvió a meter un lateral derecho) en el 84 y amonestaron a Yordi Vílchez en el 90. Nada podía evitar la victoria blanquiazul. Ni siquiera los exagerados 5 minutos que otorgaron los jueces del encuentro como tiempo de descuento. Alianza tenía esos tres puntos en el bolsillo, había ganado incluso antes de que Legario lo oficializara con su silbato final. Golpe devastador para ellos, pues tuvieron poco menos de 20 remates a puerta, mientras que nosotros solo tuvimos los de Aguirre y Concha (gol). El de hoy fue uno de esos partidos que se ganan tirando la camiseta, y no tanto con el fútbol practicado durante los 90 minutos.

Apreciaciones finales:

Que el tinte romántico de la crónica no nos engañe: el equipo jugó mal. Lo mencioné líneas arriba: un equipo de mayor oficio, es decir, un equipo en instancias definitorias de campeonato, no perdonaría las fallas defensivas de hoy. Nos madrugaban y se iban 0-2 o 0-3 al descanso, con todo muy cuesta arriba (sin contar la expulsión). El DT necesita (confío en que lo hará) hacer los ajustes necesarios para incorporar a Montoya al esquema, a ese 3-5-2 que sabe que puede hacer funcionar aun con futbolistas que recién comienzan su carrera como profesionales, tal y como lo piden las normas del campeonato (faltan 600 minutos y nos quedan 5 cotejos).

Asimismo, deseo que las molestias de Aldair, Benítez y Farfán, a quien se le notó una carga en la rodilla -acentuada por la falta de Cuesta sobre el final del partido-, no sean de gravedad y puedan dar lo mejor de sí en esta recta final. Mientras escribo éstas líneas me entero de que Mannucci le está ganando 0-3 a Sporting Cristal. A falta de que culmine el partido, debo decir que quedarnos en la punta de la tabla de la Fase 2 es tarea únicamente nuestra. Aunque la situación es totalmente opuesta a la del año pasado, solo me queda decir: qué lindo es depender de nosotros mismos.  

Párrafo aparte para El Blog Íntimo. Hoy, un día después de nuestro décimo aniversario, quiero aprovechar para saludar a todos los integrantes de esta familia, tanto a quienes se mantienen en EBI como a quienes tomaron otro camino. No saben lo orgulloso que me siento de formar parte de la historia de este maravilloso proyecto aliancista, algo que nunca imaginé cuando los leí por primera vez en el 2012, que fue cuando se convirtieron en el arma de aquel adolescente que era el único hincha de Alianza en su numeroso círculo gallina contra sus cuentos. Han pasado 10 años y siguen sin poder refutar nada, refugiándose en la burla vacía, lamentable e incolora. Qué cosas tiene la vida, ¿no? Gracias por tanto aliancismo, por tanta pasión, por ser escuela para muchos aliancistas (como yo) y por reivindicar la investigación en este ámbito, que tanta falta hizo, hace y seguirá haciendo. Que vengan muchos años más, amigos.

Próxima fecha:

El siguiente encuentro del Equipo Del Pueblo será, de no mediar ligaunadas, en tres días: jugaremos ante Alianza Atlético de Sullana el sábado 25 de septiembre a las 3:30 p. m. en el Iván Elías Moreno de Villa El Salvador. Será una de las cinco finales que nos quedan, y la última que disputaremos con camiseta blanquiazul, pues daremos paso a la hermosa camiseta morada que tiene preparada la estadounidense Nike para nosotros. Estoy seguro de que el cuadro aliancista sabrá hacerle partido al equipo norteño.

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El 17 del Gallo | Alianza Lima 1 - Melgar 0 El 17 del Gallo | Alianza Lima 1 - Melgar 0 Reviewed by Blog Íntimo on septiembre 22, 2021 Rating: 5

1 comentario:

  1. Excelente crónica. Igual a como le pasó al autor yo también descubrí el blog por el 2012 y me ha servido de mucho leer todas y cada una de sus publicaciones. Para conocer a mi club y defender la historia tal como ocurrió, logrando callar picos de "hinchas" contrarios. Gracias EBI sigan así, se los agradece el pueblo blanquizaul.

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