Otro verso triste más, el séptimo consecutivo, para la lamentable composición que es este Alianza 2020. Nuestros dirigentes, comando técnico y jugadores olvidaron de dónde vienen y dónde están, y no existe ningún sitio -al menos positivo- al que parezca que irán a parar. Cada quien puja para su lado mientras que una solución para la situación de Alianza se torna urgente: de la mano de Mario Salas, el equipo llegó a su sexta derrota al hilo.
Vi un equipo de quinta. No inspiran nada positivo: drenan la energía, ponen de mal humor, desaniman. Es doloroso ver cómo la institución tiene este tipo de trabajadores.
Aldair Salazar ensaya una tijera en área de Municipal. Le van a la marca los ediles Jean Pierre Archimbaud y David Díaz. Fuente: El Comercio |
Escribe: Roberto Del Carpio (@rdelcarpio)
El 3-5-2 de Mario Salas frente al 5-3-2 de Rivera. Para variar, el rival fue más que nosotros. |
Hoy no tenía ninguna sensación positiva antes del partido; lo hecho por aquellos que llevan la camiseta blanquimorada hace unos días ante Ayacucho me dejó -nos dejó, pues espero que a usted también- claro qué es lo que se va a ver en la cancha mientras esté Mario Salas como DT. Ver a Montoya y a Cornejo en la banca de suplentes, cuando desde mi perspectiva deben ser titulares, no me sorprendió. Entendí que el entrenador tiene una visión del fútbol mediocre y sin variantes, y que por eso contó con el respaldo de la directiva todos estos meses: es un técnico tal y como son los sátrapas del Fondo Blanquiazul. En fin, aun con toda la coyuntura encima, solo deseaba que aquellos que se pusieron la gloriosa camiseta de Alianza tuvieran un buen día, uno donde pudieran dejar de lado todas sus limitaciones técnicas, tácticas y de actitud. Dame una, diría Marito. No lo hicieron.
El partido inició cuatro minutos antes de la hora pactada. Todo normal, vamos, es Diego Haro. Como contra Sporting Cristal en el reinicio del torneo, Alianza Lima jugó algunos minutos del primer tiempo de manera ciertamente aceptable. Llegamos a ver balones en elevación que generan peligro después de buen tiempo en Alianza. ¿Pases en profundidad o pelotazos? Lo dejo a su criterio. También vimos dos -solo dos, las otras dieciséis fueron predecibles- ejecuciones buenas de tiro de esquina, ambas de Rinaldo Cruzado: dos cabezazos de Rubio y Beltrán complicaron a Melián. Además, las trepadas de Salazar y Rosell fueron menos improductivas que contra Ayacucho. Lo que sí se vio fue, para variar, ineficacia en los últimos metros y nerviosismo, mucho nerviosismo. El más único insidioso fue, para mí, Oslimg Mora, un jugador al que le tiemblan las piernas para patear al arco. Eso dice muchísimo del nivel futbolístico del partido en aquellos primeros minutos. Fuera de que de cara al arco su impronta parece haber desaparecido, Mora ocupó bien los espacios que debería cubrir el segundo delantero en un 3-5-2. Y es así; entre balones largos, carrileros jugando de carrileros y los dos delanteros donde deben estar; como llega el gol de Alianza. Quijada lanzó la pelota a la espalda de Arón Torres para que trepe Rosell, quien a su vez tiró un pelotazo al área. La defensa de Municipal rechaza y Ballón, jugando como interior, rompió líneas y recuperó una pelota en el borde del área; centró y la pescó Rubio, quien pivotea y deja la pelota servida para que Oslimg Mora la empuje con el muslo, casi cayéndose. La celebración en la banca de suplentes fue muy efusiva. Mario Salas se abrazó con su cuerpo técnico y gritaron fuerte, y percibí más un grito de alivio que uno de festejo. Y ¿cómo no? Hasta ese momento, minuto 40, Alianza se llevaba los tres puntos.
Celebración en Alianza. Mora se abraza con sus compañeros mientras Melián y Caballero reclaman. Fuente: Líbero |
El que hizo la gestión y el que puso la firma: Remigio Morales Bermúdez y Víctor Hugo Marulanda viendo, entre otros, a Patricio Rubio Fuente:GOLPERU |
A pesar de que luego de algunos minutos el equipo dejó el letargo de lado en cuanto a lo anímico, en materia futbolística seguíamos insistiendo en lo mismo. Salidas imprecisas desde atrás, todo a ras de piso, con jugadores a los que les quema la pelota. El ingresado Cornejo tuvo una ocasión inmejorable de gol sobre el minuto 76: cortó la salida del rival aprovechando un error grosero de uno de sus defensores. Se fue corriendo y quedó mano a mano contra Melián. Nuestro volante central remató desviado y, otra vez, terminamos desperdiciando una ocasión más de gol. Segundo jap. Mientras tanto, la estupidez seguía imperando en la parte trasera, y es de esta manera como Municipal consigue voltear el partido. Rivadeneyra, en un intento de complacer al técnico en su utopía de cuando afronta la Liga Master en algún juego de eFootball, sale jugando a ras de piso desde el fondo, pero lo hace mal. A raíz de esto, se genera una pelotera en el área, donde se estorba con Quijada y, después de varios rebotes, el balón le queda perfecto a Yhirbis Córdova para la volea. El jugador de Municipal no perdonó y nos rompió el arco. Tercer jap y nocáut. A partir de este momento, Alianza tiró por la borda cualquier atisbo de equipo que el más optimista pudo haber visto en el mejor momento del primer tiempo para pasar a ser cualquier cosa. Los ingresos de Aguilar, Gómez y Sánchez -aparte del ya mencionado Cornejo- no funcionaron. Lo mismo de siempre con Mario Salas, quien además iba a hacer ingresar a Cavero antes que a Gómez y Sánchez. Esa variante nunca se realizó. ¿Qué ve en Gómez que no vea en Cavero? No me lo explico, así como tampoco me explico que, sobre el final del encuentro, Sánchez se lesione y el DT pida seguir jugando, aun con nuestro delantero evidentemente afectado por la mala pisada.
Daniel Ahmed, Fernando Farah y Diego Gonzáles Posada. Todo de ustedes, incapaces. Fuente:GOLPERU |
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