A diferencia del partido de las finales, el partido de anoche no fue un monólogo del clásico rival, ni mucho menos. Alianza se paró mejor en la cancha del Nacional que lo que lo hizo en Ate y La Victoria en noviembre, propuso mucho más y terminó superando, en juego, a Universitario. Ellos, sin embargo, lograron anotar y fue una doble falta de definición la que cerró el resultado: la de nuestros delanteros y la de las cámaras del VAR para atender jugadas, que conversaremos más adelante. Quedan tanto certezas como dudas luego del pitazo final, sobre todo referido a con quién contar en el plantel y qué es necesario corregir. Quizá, solo quizá, el partido se hubiese jugado fechas más adelante, con un equipo blanquiazul más asentado (y quizá otro arbitraje en cancha e interpretación de video), el resultado hubiese sido distinto. Pero esta vez se dio como se dio y aquí traigo un análisis, más largo que lo usual porque hay varias cosas que mencionar. Empecemos.
Fuente: Berny Gutiérrez para El Blog Íntimo |
Escribe: Luis Gómez (@eleegeve)
Análisis del encuentro | Mitad suerte, mitad silbato
Fuente: Berny Gutiérrez para El Blog Íntimo |
Luego del pitazo inicial, pasamos los primeros minutos moviendo balón
lentamente por la línea de fondo, con dificultad para salir de ahí con
claridad. Alianza fue dueño de la pelota durante los primeros quince minutos
pero eso no se reflejaba en salidas prolijas a través de mediocampo y ya los
cambios de frente empezaban a ser una opción desde entonces. A pesar de estas
trabas al momento de llegar a campo rival, D’Arrigo iba demostrando los
primeros minutos un interesante atrevimiento por la banda que le tocó recorrer
tanto en amague como en control. Ello le permitió sacar un centro un tanto
pasado que Waterman no llegó a conectar. Si algo definió los primeros quince
minutos fueron las llegadas sin peligro al arco de Britos, teniendo este hasta
cuatro saques de meta los primeros diez minutos pero que no fueron producto de
jugadas de riesgo. Al otro lado del campo, Universitario casi no llegó al
inicio pero se iba evidenciando que, si un peligro iba a haber, iba a ser por
las bandas.
Y así fue pocos minutos más tarde. Desde la tribuna Sur, donde estuve
ubicado, varios vimos salir la pelota pero la jugada siguió, pase elevado en
profundidad a Polo que le gana a Fuentes al borde de la línea de fondo y define
al primer palo arriba, espacio que Saravia dejó libre en su achique priorizando
cortar la línea de pase al medio. Gol de Polo en una jugada que el clásico
rival ha trabajado constantemente en su último periodo y que volvió a resultar,
haciendo valedero el viejo dicho de “si las cosas funcionan, no las cambies”.
La primera que tuvieron y la mandaron a guardar.
Ya desde antes y con mayor énfasis luego del gol, Universitario mejoró
en sus intercepciones de balón. Alianza empezó a caer en pases muy avisados que
eran fácilmente cortados, acompañados de algunas omisiones y errores arbitrales
de Haro (sin novedad en el frente). Se dejó de ver esa máquina de recuperación
de pelotas que fuimos durante los primeros minutos. Seguimos con los cambios de
frente o centros al área, pero no eran bien aprovechados, sobre todo por Barcos
que estuvo algo flojo en los pivotes toda la noche, lo que antes había sido su
punto fuerte. Tuvimos una clara en tiro libre de Rodríguez, que se fue al palo
y tuvieron una similar en nuestro arco con Flores que paró bien Saravia. Luego
de esto, Haro pitaba el final del primer tiempo.
D'Arrigo, destacado en esa banda. Fuente: Berny Gutiérrez para El Blog Íntimo |
Restrepo no esperó para hacer cambios y metió a Garcés y Costa por
Fuentes y Cabellos, este último de buen desempeño en partidos previos pero que
en este no logró trascender más allá de ser pasador de pelota en la misma
línea. Alianza empezó los segundos 45’ con otra actitud, ahí la importancia de
lo táctico en el descanso. No más pasado el primer minuto de juego, una pelota
por banda derecha le llegó a Barcos al borde del área, entrando a esta y
pateando al arco. Su remate fue detenido por el pie de Britos, que iba
haciéndose figura a estas alturas. Veinte minutos después se repiten los
protagonistas pero al otro lado del arco: Barcos encuentra una pelota luego de
un control de Waterman y define cruzado y el pie izquierdo de Britos termina
por ahogar un grito de gol, así la jugada haya sido anulada por posición
adelantada. Alianza llegaba, arremetía, pero le faltaba definición. Y en el
fútbol las llegadas de peligro no suman al marcador.
Mientras Alianza era superior en el juego, Universitario no tiene
problemas en replegarse, esperando una contra gracias a la velocidad y mejor posición
de sus delanteros. Así como en el primer tiempo, seguía siendo una opción para
ellos el interceptar balones para recuperar. El traslado horizontal en Alianza
podría ser un tanto avisado o predecible y con presión alta buscaban hacer caer
en error a los nuestros. En ese periodo de tiempo entró Calcaterra, un jugador
que, a mi parecer viene jugando a lo que hacía Carlos Lobatón en su última
etapa en Cristal: ser un suplente importante, ingresando cuando el partido
necesita de control con base en experiencia. Así se dio en este partido pues,
no más a los cinco minutos de haber ingresado, Calcaterra controla una pelota
cerca a la esquina del corner, cuidándola con el cuerpo y, en un forcejeo con
Ramos, natural por este tipo de jugadas, cae al suelo encima del balón,
quedando este entre sus piernas. La jugada o era falta o retención de balón,
pero Ramos, en un acto de estupidez, no tuvo mejor idea que intentar reventar
el balón para sacarla de debajo de Calcaterra y, como es obvio, terminó
pateándolo a él. Es increíble que un defensa titular cometa este tipo de
errores o tenga este tipo de cables cruzados para reaccionar así. Ni en
jugadores juveniles se ve eso. Sea como sea, era expulsión inmediata y el
asunto se ponía cuesta arriba. Con once era complicado pero posible, y con diez
aumentaba la dificultad. El rival, que estaba replegado, vio la oportunidad y
adelantó un tanto sus líneas, sabiendo la facilidad que le daba el hombre de
más.
Restrepo se tomó unos minutos pero, viendo cómo el rival iba ganando más
metros adelante, movió el banco e hizo ingresar a Lagos y a Huamán para formar
línea de 4 al fondo y, con Zanelatto que había entrado unos diez minutos antes
por D’Arrigo, se completaban los 5 cambios reglamentarios. Extrañamente, aun
con un hombre de menos, Alianza no parecía ser menos que su clásico rival y
seguía llegando con peligro al área de Britos sobre todo con el empuje de
Waterman que corría como si tuviese que suplir el solo el hombre de menos que
teníamos, más allá de una situación clara de gol que falló debajo del arco (que
podría decirse que quedó muy elevada) tras unos rebotes entre Britos y su
defensa. El gol del empate parecía estar cerca hasta que, justo debido a ese
hombre de más, Universitario logra tener un contragolpe de evidente peligro: Rivera
llega a estar mano a mano con Saravia al borde del área de Alianza, hace el
movimiento para sacarse al arquero y este lo intercepta con el cuerpo,
derribándolo fuera del área. Haro, extrañamente, no cobra nada en ese momento pero
es, al poco rato, llamado del VAR que, evidentemente, recomendaba la expulsión
por falta como último recurso y así fue. Los blanquiazules se quedaban con 9
faltando solo descuentos por jugar. Freytes, de partido discreto sobre todo en
salidas y velocidad, se puso los guantes para cumplir los últimos minutos. Obviamente,
el que un equipo se quede sin arquero es un aliciente a que el rival busque por
todos los medios aumentar la diferencia y así fue. Alianza, en ese caso,
recurrió al pelotazo para saltar esas líneas del medio y buscar a los ofensivos
y, luego de un mal rechace defensivo, el balón llega a pies de Costa quien
centra, encuentra a Barcos entrando y, de un puntillazo, este se la cruza
a Britos para mandarla al fondo de la
red. Minuto 93, con nueve hombres, sin arquero, con un árbitro en contra. No
era el gol del triunfo pero era un gol que estaba atascado en la garganta desde
hacía varios minutos y así lo celebró la tribuna. Grande fue la sopresa de que,
a los minutos, hubo llamada del VAR para anular el gol, aduciendo posición
adelantada, por milímetros y del hombro, del “Pirata”. Haro ni necesitó verla,
tomó el consejo del VAR y lo anuló. Los cremas, aliviados por la situación pero
alertados también por ello, decidieron no arriesgar y el partido quedó con la
mínima diferencia.
Algunas reflexiones adicionales
Desde antes del partido, compartía el sentir de mi colega Rubén Ravelo que
expresó en El Blog Íntimo Podcast hace unos días: este partido no era una revancha,
eso se dará cuando lleguemos a cruzarnos otra vez en instancias finales con el clásico
rival pero este es un clásico más ante un rival directo y, como tal, era
obligación ganarlo para acercarnos a lograr el título a fin de año. Veníamos de
tener buenos desarrollos de partido en fechas pasadas y Universitario, si bien
venía de dos triunfos y sin goles convertidos, tenía ciertas falencias
defensivas que se podían aprovechar. Como siempre, los clásicos son partidos
aparte y la U se llevó los puntos en esta ocasión por dos razones: un mayor
oficio para este tipo de partidos frente a un equipo que recién está cuajando y
el malbendito VAR.
La actuación del VAR merece un párrafo aparte. Y es que a veces pareciera
que su función no es tanto impartir justicia absoluta, sino más bien limpiar a
los árbitros, dando a entrever que “si hubo VAR, entonces hubo justicia” cuando
en realidad hay mil otras jugadas en las que un árbitro puede influir en el partido
sin que pase por el VAR (cortar jugadas, omitir faltas fuera del área, etc.) e
incluso en las que el videoarbitraje sí tiene influencia, esto puede ser
interpretado a su antojo si no son groseras las imágenes (como el impacto de
Riveros a Waterman en área crema o la pelota que Jairo controla aparentemente
desde fuera del área). Juzguen ustedes mismos:
Finalmente, una recomendación al área que se encarga de la organización
de eventos en el Club: no caigamos en estupideces, validando comentarios que
contradicen lo que se hace institucionalmente. Si se tomó la decisión – correcta
a mi parecer – de cortar palitos con la dirigencia rival por las bravuconadas
cobardes en redes sociales de sus representantes, no podemos rebajarnos a ese
nivel. Dejen a los hinchas ser hinchas y los dirigentes, trabajadores y
representantes mantener el nivel, entiendan que representan al Club. Ahí lo voy
a dejar.
No nos rebajemos al nivel de quienes miran a otro lado al momento de hacer frente a sus obligaciones. |
Próxima fecha
Alianza Lima, con 123 años recién cumplidos, se presentará el siguiente
domingo 18 en el IPD de Moyobamba para enfrentar a Unión Comercio, quienes
hasta el cierre de esta crónica solo han sumado un punto en el Apertura. Ya
Angelo Campos estaría apto para volver al arco blanquiazul por lo que lo
tendremos seguramente como titular. A recuperar el camino del triunfo.
¡ARRIBA ALIANZA LIMA! ¡TODA LA VIDA!
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