Justo a tiempo, gloriosa

Escrita por: Rodrigo ALonso Chocata Reyes

Concurso: Pasión Crónica 

Me encuentro en Cusco, la tierra de mi padre, escapando de la ciudad capital por algunos días, si se puede por semanas. Haciendo el intento por alejarme de muchas cosas que no aportan en mi vida, haciendo el intento de no pensar mucho o tener una “nueva perspectiva d
e vida”, que es lo que usualmente uno busca cuando uno está de viaje. Pero no puedo, no puedo dejar de pensar en los diferentes escenarios que me han tocado vivir; mi familia, mis amigos siempre estarán presentes, mi amor por el ciclismo siempre estará conmigo, pero algo que no puedo sacar de mi cabeza, es este sentimiento que a veces podría ser una obsesión y es la pasión que tengo por la blanquiazul.

Miércoles 22 de setiembre del 2021, la gloriosa estuvo conmigo en un largo recorrido en bicicleta con mi padre desde la ciudad Imperial hasta la provincia de Urubamba. Sin sentir mis piernas, con falta de aire, una caída espectacular y faltando quince minutos para empezar el partido, llegué a un restaurante, totalmente agotado, pero con muchas ganas de alentar al equipo del pueblo y me dije a mi mismo: “Justo a tiempo, gloriosa”.

 

Los primeros 45 minutos, creo que no fue del agrado de muchos aliancistas, por lo personal creí que este seria el partido de Aldair Rodríguez, si bien es cierto no anota desde que debutó con el equipo, pero más allá de criticar, debemos alentar hasta el final pero una molestia al inicio del partido hizo que pensara: “Tranquilo Marco es solo una malestar, en el próximo partido el aco se te abrirá”, sorprendentemente el pájaro Benítez también se sintió, era momento para que el profe Bustos sepa que plantear y traiga la tranquilidad al cuadro de la Victoria.

En los últimos 45 minutos, el equipo rojo y negro no dejaba de rematar al arco, pese a eso no dejaba de alentar, aunque no podía disfrutar de mi rico almuerzo y cada vez se hacía más amarga la cerveza que estaba tomando, no solo por la expulsión de Valenzuela, no solo porque dejamos jugar al club arequipeño su partido como quería, no solo por dejar con chances al club cervecero para que nos alcance en la tabla de la Fase 2, era el hecho de que estábamos jugando un mal partido.

Me estaba quedando con ganas de gritar nuevamente un gol en el ombligo del mundo, hasta que un saque de banda, varios despejes de cabeza y un gran remate de Jairo Concha, hicieron que vuelva a gritar con algarabía en la tierra de los Incas. Termino el partido, pero si continua la lucha por ser ganadores de la Fase, continua la lucha por ser campeones de la Liga 1 este año. Lo que si empezó fue mi recorrido de vuelta a Cusco en bicicleta, pero que puedo decir, ser de Alianza es una pasión diferente.

Pese a que no nos fue bien futbolísticamente, debo resaltar la labor y la entrega de Ángelo Campos en el arco, fueron 16 tiros en total que tuvo el cuadro Arequipeño, de los cuales 5 fueron directamente al arco. Bien Tex – Tex, a seguir dejando el arco en cero y a disputar cada partido como siempre lo has estado haciendo.

Termine con una sensación agridulce después del encuentro, dulce por haber obtenido los 3 puntos, agrio por la forma en cómo se jugó, estamos a nada de culminar la Fase 2, los 11 de la Victoria, todo el equipo con el comando técnico y toda su hinchada, sabe que el cuadro rímense nos estará esperando en la final. Ahora a seguir enfocándonos en los partidos que quedan y alentemos como siempre.

La blanquiazul juega contra los churres este sábado 25 de setiembre, en el encuentro pasado se obtuvo un empate sin goles, ahora más que nunca debemos alentar como siempre lo hemos estado haciendo, ya falta poco para regresar a los estadios y ver a nuestro Alianza querido jugar, dependemos de nosotros mismos para seguir en la lucha por el campeonato, de la mano del profe Bustos.

Por mi parte, probablemente salga a recorrer nuevamente las calles del Cusco en bicicleta llevando conmigo siempre la gloriosa, vaya a donde vaya siempre te llevare conmigo y esta ves si tratare de llegar antes que empiece el partido pero que bien se sintió decir: “Justo a tiempo, gloriosa”.