Alianza Lima 0 - Sport Huancayo 2
Como hincha blanquiazul, un hincha que ama el fútbol por sobre todas las cosas, incluso por encima de los resultados, empiezo este post admitiendo como justa y contundente la victoria de este gran equipo llamado Sport Huancayo. Un club de perfil bajo, que tuvo momentos durísimos en los últimos años, pero que ahora, con el trabajo de una dirigencia seria y un entrenador de pocas palabras pero eficaz, se está sobreponiendo a los problemas habituales del fútbol provinciano. Desde aquí, mis sinceras felicitaciones para todo el plantel huancaíno.
Ahora, hablemos de Alianza.
Ya harta decir que Arrué no es un técnico del nivel que necesita Alianza Lima. Es cierto, supo manejar el grupo cuando los problemas económicos se empezaron a notar en la cancha, logró comprometerlos para cumplir los primeros objetivos, y los objetivos se "cumplieron": Alianza Lima ya está en la final, Alianza Lima ya está en la Libertadores, pero, ¿acaso se olvidaron del siguiente objetivo?
Así es, el siguiente objetivo es el campeonato. Un campeonato que algunos respetables hinchas grones no desean, a pesar de sus aliancistas corazones, por la simple razón de que coronaría inmerecidamente la gestión de una de las peores dirigencias de los últimos tiempos. ¿Se imaginan a Alarcón uniéndose a la vuelta olímpica, junto a jugadores y cuerpo técnico?, es capaz, lo sabemos todos.
Sin embargo, yo pienso que, por encima de esa innegable injusticia, está la alegría de un pueblo entero que espera celebrar este fin de año una nueva copa nacional. Yo quiero que Alianza campeone, tanto como quiero que se largue Alarcón y compañía. Podemos estar de acuerdo o no, y que viva la discrepancia, pero un título es la culminación de un trabajo en conjunto, donde el hincha (en especial el blanquiazul) ha tenido un trabajo impecable durante todo el año. Si una de las partes falló, las demás no deberían verse perjudicadas.
Volvamos al nefasto sábado vespertino en Matute.
Lo negativo
Sistema táctico: Alianza se ha hecho predecible para todos los rivales. Ya no es secreto que Bazán intente siempre hacer diagonales mientras por la izquierda pasa Trujillo, por dar un sólo ejemplo. Si a eso le sumamos el poco ímpetu de algunos jugadores entonces tenemos un cuadro fácil de leer, sabido de memoria, o como lo quieran llamar. Por la derecha, Arroé no marca la diferencia, se extrañan en DEMASÍA las incursiones de Paolo Hurtado, actualmente lesionado. Al medio, Montaño lucía perdido, y Quinteros parece haber perdido toda su precisión de antaño. Ante el casi inexistente apoyo del "pato", González se tuvo que repartir para marcar en la media cancha, pero ahí entran a tallar la velocidad y habilidad de los rivales, quienes lo superaron siempre. ¿Prado?, ya no hablaré más de él. Abajo Solís jugó un partido flojísimo, se le vio más lento y desganado que nunca. Fleitas fue puro coraje, pero su imprecisión nos costó el segundo gol. Arriba Soto fue improductivo, en gran medida porque Alianza no generaba nada y nunca tuvo oportunidades, tampoco se las buscó.
Actitud: El punto más flojo del equipo en las últimas dos fechas. Parecíamos habernos conformado con el 1 a 0, esperamos demasiado para por lo menos bosquejar una reacción, pero Huancayo ya había asegurado el partido.
Reacción del DT: Otro punto muy flojo. Miguel Ángel Arrué parece no encontrarle la vuelta a acertijos tácticos medianamente exigentes. Es cierto que S. Huancayo jugó un gran partido y que planteó una defensa concentrada y ordenada, pero tampoco se trataba del Inter de Mourinho.
La hinchada: Duele poner este aspecto como negativo, pero hubo muy poca gente en Matute después de muchas lunas y soles. Parece que el "relajo" se extendió hasta a los hinchas. Espero que no perdamos la costumbre de abarrotar el Alejandro Villanueva.
¿Más cosas negativas?, casi todo. Llamó la atención la falta de reacción, de rebeldía, durante todo el primer tiempo y gran parte del segundo, como si el resultado les gustara. Alianza no sólo no encontraba las fórmulas para franquear la defensa huancaína, por momentos parecía que no le interesaba buscarlas, que por el sólo hecho de ser Alianza y de estar jugando en un terreno donde no se perdía desde hacía 20 meses, la victoria caería por su propio peso. GRAN MENTIRA. No buscamos el partido, simplemente lo jugamos, como si por sólo cumplir con esa "obligación" aseguraríamos los tres puntos.
¿Qué será?, ¿desgano?, ¿apatía?, ¿simplemente un mal partido?, al final de este post he colgado dos comentarios de dos diferentes hinchas aliancistas, que expresan sus puntos de vista sobre lo que sucede actualmente en el club y sus reacciones.
Aparentemente, la derrota fue la consecuencia de una combinación entre desidia grone y brillantez huancaína. Y como tantas veces se ha visto, cuando un equipo juega su peor partido y el rival juega el mejor, el resultado es una fruta que cae de madura.
Lo positivo
El regreso: Volvió, con las mismas ganas de siempre, José Carlos Fernández. Su ingreso significó una leve pero interesante mejoría en el peso ofensivo blanquiazul. En pocos minutos hizo mucho más de lo que Soto en casi todo el partido. Se le vio mejor físicamente, corría, luchaba, jalaba marcas y se las ingeniaba para ganar en el juego aéreo. Si algo me esperanza en estos momentos, es la vuelta del 'Zlatan' peruano.
La peleó: El desgano generalizado del equipo no llegó al más talentoso. Johnnier Montaño peleó cada balón disputado. A veces él solo contra tres o hasta cuatro marcadores huancaínos. Se las ingeniaba para generar faltas o tratar de habilitar a sus compañeros, y aunque hasta ahora no es el Montaño que todos esperamos, rescato su actitud como ejemplo para la final que se nos viene.
Casi salvador: Si no fuera por él, estaríamos hablando de una humillante goleada en Matute. George Forsyth nos volvió a demostrar que, más allá de polémicas, el puesto de guardameta blanquiazul no le queda grande.
Próximo destino: Arequipa
Quedan apenas dos fechas para asegurar el primer lugar que, por ahora y después de conocer el resultado del Juan Aurich en Ayacucho, nos sigue perteneciendo. La tabla indica que estamos 2 puntos por encima de los chiclayanos, quedan 6 puntos en juego. Ni ganando en Arequipa podemos asegurar el primer lugar, ya que Aurich jugará de local la próxima fecha y sabemos que allá se hacen muy fuertes.
Reserva protagonista
El equipo de Reserva de Alianza Lima podría darle una GRAN AYUDA al primer equipo. Los potrillos están a muy poco de consagrarse campeones. A falta de dos fechas, son 5 puntos los que llevan sobre Universitario y Aurich, los escoltas (ver aquí la tabla). De ganar en Arequipa, los dirigidos por Pepe Soto darían la vuelta y otorgarían 2 puntos al primer equipo, 2 puntos con los que podríamos asegurar el primer lugar del torneo y con eso elegir la localía en la final.
¿Qué nos espera en los play off?
Como era de esperarse, la ilusión bajó en sus revoluciones. Los hinchas ya nos dimos cuenta, unos más temprano o tarde que otros, de que nuestras posibilidades de campeonar son escasas comparándonos con un equipo mucho mejor dirigido que el nuestro, y que además ostenta variantes de calidad para todos sus puestos, sobre todo los ofensivos. ¿Qué hacer?, primero, afianzar la actitud de los jugadores. Es cierto, hoy Alianza no es el mejor club para trabajar, hay deudas, mafias internas, gente que hace mucho daño al club desde sus entrañas. Pero el jugador que esté en Alianza debe saber que está representando al pueblo peruano en sí, a una tradición formada durante 110 años, y que culminó en una identidad arraigada en lo más profundo del corazón de sus hinchas. Jugar por Alianza no es jugar por cualquier club, es jugar por el Perú deseoso de alegrías, ese Perú del que se enamoran los extranjeros, ese Perú de la gracia, del criollismo, de la música y la jarana, ese Perú del trabajo y del progreso diario, del llevar comida a casa, del que no me falte un pan. Jugar por Alianza es representar prácticamente a un país, o al menos a su sector más realista y optimista. Una sensación sólo comparable con el hecho de representar los colores de tu patria.
Segundo, lo táctico. Es hora de que Arrué y Soto se sienten a conversar seriamente sobre las variantes que hagan de Alianza un equipo menos predecible. Jugadores tenemos, claro, no tanto como otros planteles, pero talento hay. ¿Se puede campeonar contra un equipo superior?, sí, creo que pruebas existen muchas y de diversas fuentes.
Sé que el factor económico es importante, que el romanticismo acaba cuando falta para pagar la luz o el agua, pero, ¡¿qué motivación puede ser más grande que hacer gozar a tanta gente?!, pregunto, ¿lo sabrá Fleitas?, ¿Solís?, ¿Bazán?, ¿Hurtado?, ¿Montaño?, por nombrar 5 jugadores que hasta ahora no saben lo que es campeonar con el cuadro más popular de nuestro Perú. Ya el próximo año les tocará elegir un mejor camino, quizás partir a un club donde al menos te paguen puntual. Cada uno está en su derecho de buscar su mejoría. Pero que nadie se niegue esa gloria tan deliciosa, de dar la vuelta en un estadio pintado de azul y blanco, y teniendo como marco la alegría de casi todo un país. Que nadie se la niegue.
¿Qué nos espera en los play off?
Como era de esperarse, la ilusión bajó en sus revoluciones. Los hinchas ya nos dimos cuenta, unos más temprano o tarde que otros, de que nuestras posibilidades de campeonar son escasas comparándonos con un equipo mucho mejor dirigido que el nuestro, y que además ostenta variantes de calidad para todos sus puestos, sobre todo los ofensivos. ¿Qué hacer?, primero, afianzar la actitud de los jugadores. Es cierto, hoy Alianza no es el mejor club para trabajar, hay deudas, mafias internas, gente que hace mucho daño al club desde sus entrañas. Pero el jugador que esté en Alianza debe saber que está representando al pueblo peruano en sí, a una tradición formada durante 110 años, y que culminó en una identidad arraigada en lo más profundo del corazón de sus hinchas. Jugar por Alianza no es jugar por cualquier club, es jugar por el Perú deseoso de alegrías, ese Perú del que se enamoran los extranjeros, ese Perú de la gracia, del criollismo, de la música y la jarana, ese Perú del trabajo y del progreso diario, del llevar comida a casa, del que no me falte un pan. Jugar por Alianza es representar prácticamente a un país, o al menos a su sector más realista y optimista. Una sensación sólo comparable con el hecho de representar los colores de tu patria.
Segundo, lo táctico. Es hora de que Arrué y Soto se sienten a conversar seriamente sobre las variantes que hagan de Alianza un equipo menos predecible. Jugadores tenemos, claro, no tanto como otros planteles, pero talento hay. ¿Se puede campeonar contra un equipo superior?, sí, creo que pruebas existen muchas y de diversas fuentes.
Sé que el factor económico es importante, que el romanticismo acaba cuando falta para pagar la luz o el agua, pero, ¡¿qué motivación puede ser más grande que hacer gozar a tanta gente?!, pregunto, ¿lo sabrá Fleitas?, ¿Solís?, ¿Bazán?, ¿Hurtado?, ¿Montaño?, por nombrar 5 jugadores que hasta ahora no saben lo que es campeonar con el cuadro más popular de nuestro Perú. Ya el próximo año les tocará elegir un mejor camino, quizás partir a un club donde al menos te paguen puntual. Cada uno está en su derecho de buscar su mejoría. Pero que nadie se niegue esa gloria tan deliciosa, de dar la vuelta en un estadio pintado de azul y blanco, y teniendo como marco la alegría de casi todo un país. Que nadie se la niegue.
Comentarios destacados
Iniciando una nueva sub-sección del Blog, publico aquí dos comentarios destacados de nuestro grupo de Facebook. Dos visiones dignas de ser atendidas, debatidas o compartidas. Los dejo con la opinión del hincha de a pie y con dos dedos de frente. ¡ARRIBA ALIANZA!
¿A la victoria volveremos?
Reviewed by Blog Íntimo
on
noviembre 20, 2011
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